México, D.F.-
Tras años de litigios ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), México espera para este 14 de abril la resolución final de las diversas apelaciones que presentó Estados Unidos para evitar la sanción por el bloqueo al atún, y para el 14 de mayo, la de las reglas de etiquetado de carne que provocaron pérdidas de 563 millones de dólares (mdd) a la industria ganadera mexicana y daños aún por contabilizar para los pescadores.
Éste es el último recurso legal al que pudo recurrir el gobierno estadounidense, por lo que de reiterarse el fallo a favor de México y de persistir el incumplimiento del vecino del norte, entonces el gobierno mexicano podrá aplicar medidas de retaliación, es decir imponer aranceles por un monto equivalente al daño.
Así lo hizo en 2009, cuando por el incumplimiento a abrir la frontera al transporte de carga mexicano se aplicaron aranceles de entre 5 y 25% contra 100 productos estadounidenses.
Por ello, la Secretaría de Economía analiza el tamaño de las afectaciones que tuvo la industria pesquera para solicitar, en caso necesario, medidas de “retorsión” contra EU, explicó el subsecretario de Comercio Exterior, Francisco de Rosenzweig.
En 2008, el gobierno mexicano presentó dos controversias comerciales contra Estados Unidos, una por el bloqueo a la entrada de atún mexicano y otra por las reglas de etiquetado de carne. Sin embargo, a pesar de que el primer fallo fue a favor de México, en lugar de que las autoridades estadounidenses cambiaran la legislación a las reglas internacionales, persistió el incumplimiento y llevó ambos casos a la última instancia, lo cual tomó en su totalidad casi siete años.
En el caso del atún son tres décadas de bloqueo al producto mexicano, ya que al negarle la etiqueta delfín seguro o “dolphin safe”, no se permite venderlo en las tiendas de autoservicio, solamente en las tiendas de abarrotes, lo que restringe su venta a unas cuantas unidades y reduce las posibilidades de aceptación del producto en dicho mercado estadounidense.
Los jueces de la OMC difundieron en 2011 el fallo en el que aseguraron que el uso de la etiqueta es más un instrumento que restringe el comercio y que no persigue tanto los objetivos legítimos de proteger al delfín, toda vez que la pesca de atún en aguas mexicanas cumple con las técnicas e instrumentos para evitar daños a delfines, además de que se hace en lugares donde no peligran los mismos.
Aunque Estados Unidos debía cumplirla a más tardar en enero de 2012, decidió impugnarla y finalmente lo llevó al Órgano de Apelación de la OMC, el cual emitirá su fallo final este martes 14 de abril.
Al igual que con el atún, la controversia comercial de reglas de etiquetado de carne finalizará el 14 de mayo, cuando se resuelva la última apelación de Estados Unidos a una resolución de la OMC.
El organismo determinó que esas reglas, conocidas como “Cool”, discriminan a la carne mexicana y canadiense, porque la ley estadounidense exige que la etiqueta indique dónde nació, creció y se sacrificó el becerro. El problema es que pierde valor cada cabeza de ganado si sólo se engordó en EU y su origen fue México o Canadá.
A pesar de que en 2011 los panelistas de la Organización dieron la razón a los gobiernos mexicano y canadiense, porque determinaron que esa etiqueta es discriminatoria, Estados Unidos no cumplió con la resolución y la llevó al Órgano de Apelación de la OMC, el cual ya resolvió en diciembre del 2014 y los estadounidenses impugnaron.
Si vuelve a ratificarse la conclusión, los dos países afectados podrían pedir se les autorice imponer medidas de retorsión, es decir aranceles por las afectaciones hechas al sector, que en México ascienden a 563 mdd.
Discussion about this post