Tepic, Nay. / Julio 25.-
Su mamá se lo llevó a California cuando tenía 10 años y desde entonces vive con los problemas de ser un residente ilegal en los Estados Unidos. Sólo que Jorge Gutiérrez Cortés quiso estudiar y en 2008 logró un título en literatura por la California State University de Fullerton. Hoy se encuentra en huelga de hambre en Los Ángeles junto a ocho compañeros, pidiendo una oportunidad para continuar realizando sus sueños.
Un reporte del periódico La Opinión de Los Ángeles, informó que los estudiantes indocumentados “se encuentran desde el jueves en una huelga de hambre que pretenden continuar de manera indefinida si es que la senadora Dianne Feinstein no se pone las pilas para darle luz verde a la iniciativa del DREAM Act que está estancada en el Comité Judicial del Senado”.
Ellos están instalados en un campamento en el cruce de los buolevares Santa Mónica y Sepúlveda, cerca de la oficina de la senadora Feinstein en Los Ángeles, y se han preparado para resistir al menos dos semanas.
“Si (la senadora) no hace nada vamos a continuar la huelga de hambre hasta que sea necesario”, declaró Jorge a La Opinión.
El DREAM Act es una iniciativa de ley a nivel federal que de aprobarse permitiría que ciertos estudiantes indocumentados pudieran obtener su estancia legal en los Estados Unidos, lo cual les abriría las puertas para continuar sus estudios y desempeñarse en sus respectivas profesiones.
Debido a su situación migratoria, Jorge, quien en 2008 se graduó de literatura de la California State University de Fullerton, no ha podido trabajar en algo relacionado a su carrera y tampoco ha podido cursar la maestría que desea.
“Estoy participando en esta huelga de hambre porque soy estudiante indocumentado y nuestros sueños están frustrados, porque no podemos ejercer nuestras carreras”, comentó a La Opinión este joven que desea ser profesor de colegio.
Originario del ejido El Cora, municipio de San Blas, Nayarit, México, Jorge Gutiérrez Cortés, de 26 años de edad, dijo a EL UNIVERSAL no tener miedo a que durante el campamento que han montado puedan ser víctimas de un operativo de la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas, la temible “Migra” como identifican a la corporación los indocumentados.
“No tengo miedo, ya tengo muchos años luchando por mis sueños”, afirmó en entrevista telefónica, quien ha trabajado como empleado de una nevería, así como de mesero en un restaurante para pagar sus estudios y vivir junto a su madre Amelia Cortés en una modesta vivienda de Santa Ana.
La prensa angelina ya identifica a Jorge y sus compañeros como “los soñadores huelguistas” pues una gran manta en su campamento dice “Hunger strike for our dream” (huelga de hambre por nuestro sueño).
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