Culiacán, Sin. / Dic. 20
La última vez que José Cruz Carrillo Fuentes, de 30 años, fue visto por su familia, fue el pasado 27 de octubre, cuando un grupo de militares y policías del municipio de Navolato —estos últimos a bordo de la patrulla 1430 y los primeros en varias unidades—, lo convencieron para que fuera con ellos porque querían hacerle algunas preguntas. Pero ya no volvió.
Aurora Fuentes Vega, progenitora del clan de los Carrillo Fuentes, entre éstos el extinto Amado El Señor de los Cielos y Vicente El Viceroy, jefe del cártel de Juárez, duda del dictamen de genética forense que da por muerto a su hijo José Cruz, ya que dice estar convencida que éste permanece detenido en instalaciones militares.
Lamenta que como familia vivan con el estigma del apellido Carrillo Fuentes.
De acuerdo con la versión de la entrevistada, ese día del mes de octubre, José Cruz fue y le comunicó a su esposa, María Elena Jacobo Retamoza, que acompañaría a los militares y policías.
La Procuraduría General de la República (PGR), previa práctica de pruebas de ADN a la mamá de José Cruz, así como a Berthila, hermana de éste, cotejadas con un cuerpo incinerado, dictaminó que los restos hallados en una calle de Culiacán y luego sustraídos violentamente del Servicio Médico Forense (Semefo) local por un grupo armado, son de José Cruz.
Sin embargo, la señora Fuentes Vega no avala ese dictamen, ya que “los dictámenes genéticos nunca los vimos, se nos negó copia de éstos bajo el argumento de ser documentos confidenciales. (Así que) ¿cómo vamos a validarnos?, refiere.
—Quiere a José Cruz “vivo o muerto”
Con 76 años y un quebranto en su salud, advierte que aún guarda suficiente fuerza en su cuerpo para localizar al más joven de sus hijos varones, “vivo o muerto. “Las fotos que me enseñaron de la persona asesinada a tiros y luego quemada, no corresponden a la de un hombre de 1.92 metros de estatura y complexión gruesa Ni modo que no conozca a mi hijo, si a éste no sólo lo cargué desde pequeño, sino (que) en forma continua me visitaba y se quedaba dormido en mis brazos”, relata la señora Fuentes.
Y pide que si su hijo está muerto, les entreguen el cuerpo para darle sepultura en la cripta familiar, edificada en la finca Santa Aurora, en el poblado de Guamuchilito, al lado de su padre, Vicente Carrillo y de sus hermanos Cipriano, Amado y Rodolfo.
Dice estar convencida de que su vástago, agricultor y casado con María Elena Jacobo Retamoza, con quien tiene dos hijos, está vivo y recluido en una instalación militar. Exige e insiste que si las autoridades federales tienen evidencias delictivas en contra del más joven de los varones Carrillo Fuentes las divulguen y lo presenten.
“A mi hijo y a su esposa, todo mundo los conocen en Navolato, no tiene antecedentes (penales), no es un hombre rico, vive de su trabajo en el campo, por lo que es inadmisible que éste haya desaparecido”.
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