Cd. de México.-
La aprobación de molnupiravir, un medicamento desarrollado a partir de un antiviral experimental anterior, ocurrió el pasado 4 de noviembre, cuando la Agencia Reguladores de Medicamentos, de Europa, (EMA) autorizó para uso de emergencia en pacientes con alto riesgo de enfermedad grave. Esto ocurrió luego que, Merck y su socio Ridgeback Biotherapeutics anunciaron que la administración del fármaco reducía en un 50% la probabilidad de hospitalización o muerte, si este era suministrado en las primeras etapas de la enfermedad.
William Haseltine, precursor de múltiples investigaciones en torno al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se ha preocupado por el automatismo de molnupiravir, pues tiene la capacidad inducir mutaciones., lo que podría generar la aparición de nuevas variantes de preocupación (VOC) del SARS-CoV-2.
“Está poniendo en circulación un fármaco que es un potente mutágeno en un momento en el que estamos profundamente preocupados por las nuevas variantes”, indicó el doctor. . “No puedo imaginarme haciendo algo más peligroso”, pormenorizó, en una publicación de “Science Insider”.
Haseltine argumenta que, como es usual, cuando un fármaco -cualesquiera que sea- surte efecto en la salud de una o un paciente, la persona deja de ingerirlo antes del tiempo indicado por el especialista. Como consecuencia, estas prácticas fragmentadas provocan que los virus no terminen por ser exterminados y, en cambio, sobrevivan.
Eso, además, propiciaría que, al entrar en contacto con otras personas, la enfermedad continúe propagándose.
“Si estuviera tratando de crear un virus nuevo y más peligroso en humanos, administraría una dosis subclínica [de molnupiravir] a las personas infectadas”, expresó.
Pese a la postura del investigador, hay otros científicos que no ven un potencial peligro en la administración del antiviral. En el caso de Raymond Schinazi, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory, reconoció que la probabilidad de generar variantes siempre es latente, sin embargo, consideró que es más sencillo que las mutaciones afecten al propio virus que a las personas.
Pero las justificaciones de Haseltine no carecen de fundamentos, ya que estudios -fechados en 2018- demostraron que los coronavirus pueden sobrevivir con mutaciones inducidas por molnupiravir. Los medicamentos probados, en aquella época, para tratar la hepatitis y el virus respiratorio de oriente medio (MERS) produjeron hasta 162 mutaciones. Sin embargo, estas variantes no generaron subtipos de la enfermedad, sino que únicamente generaron cambios en células infectadas.
Por ello, algunos expertos consideraron que el uso de molnupiravir impulsaría la aparición de virus que ya no son mortales ni transmisibles, pero que son resistentes al fármaco, un resultado común de los agentes antiinfecciosos.
Por su marte, Merck no ha notificado ninguna evidencia con respecto a las personas que se les ha suministrado molnupiravir: ninguna de ellas ha generado virus con mutaciones nuevas o peligrosas.