Guadalajara, Jal.-
El rictus de su rostro muestra la potencia del grito de “¡Justicia!” que al final del conteo del 1 al 43 lanzan a todo pulmón para que la gente que cruza por la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara los escuche. Son rostros jóvenes en su mayoría, de unos 40 o 50 muchachos -también hay adultos- unidos en un “flashmob” para exigir justicia por los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala.
Cada uno de los miembros de ese colectivo ciudadano avanza con playeras, blusas y camisas blancas, pegado un papel que dice “Podría haber sido yo”, caminan entre los visitantes a la Feria del libro y al escuchar el sonido de un caracol que un chico de cuadros hacer sonar, todos se tiran al suelo, luego se sientan y sobre el rostro otro rostros, el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Se levantan y cuentan del 1 al 43 mientras muchos celulares se asoman para hacer fotos, otros con cámaras tratan de atrapar la manifestación civil pacífica de ese grupo de jóvenes que dicen no ser un grupo sino ser sólo representantes de la sociedad civil, ciudadanos que exigen justicia.
El asalto escénico toma por minutos varios espacios: el Pabellón de Argentina donde están las fotos de las Abuelas de Mayo; la zona de descanso que divide la sala nacional de la internacional; el pasillo central de esa feria que hoy comenzó otro duelo, el de la muerte del periodista y escritor nacido en Jalisco, Vicente Leñero.
La gente de seguridad de la feria los va acompañando, atentos al fluir de la gente que quiere atestiguar esa manifestación civil que la noche de ayer tomó por unos minutos el encuentro literario, que insistió en exigir justicia y que hace un llamado a la sociedad con la certeza de que uno de los 43 normalistas desaparecidos bien podría haber sido uno de ellos.
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