San José, Costa Rica / Junio 18.-
La fugitiva costarricense Keisy González Corrales, perseguida por la policía mexicana como presunta cabecilla de una red de trata de mujeres de Centroamérica para explotación sexual que opera en Mérida, Yucatán, aseguró que en esa ciudad existen “varias agencias” que contratan a “las muchachas” para desempeñarse como prostitutas.
La revelación fue hecha por González en una entrevista que concedió en un sitio no especificado de México a Telenoticias, del canal 7 de Costa Rica y que fue difundida este miércoles. “Yo rentaba cuartos a muchachas que venían, les rentaba el cuarto, les daba la comida, las atendía (…) y ellas trabajaban con varias personas que las mueven, o sea, varias agencias que hay en la ciudad de Mérida en la prostitución”.
La red es manejada por una mexicana de apellido Carreras, aseguró. “En realidad es una persona influyente y debe tener contactos políticos y en otros ámbitos. Yo personalmente trabajé con ella mucho tiempo y entonces yo sé, más o menos, la clase de clientela que tiene. Yo sé qué clase de contactos son los que ella tiene. Entonces ella dice que Mérida es de ella y que en Mérida se trabaja como ella dice y con quien ella dice”, añadió.
Tras negar ser una “madame yucateca” o jefa de una mafia de trata de personas, replicó que autoridades y periódicos mexicanos se encargaron de “enlodarme. Yo no soy ninguna líder, ninguna madame como ellos me llaman. ¡Vaya, qué bonito les suena a ellos! Sin embargo, nadie se ha preocupado por descubrir la verdad”, reclamó.
A pesar de que enfrenta orden de captura por una red de trata de personas para explotación sexual descubierta la semana pasada en Mérida, González rechazó tener vínculos con la organización.
Se descubre situación
El caso fue destapado luego que las costarricenses Raquel Canales y Yoheny Chaves escaparon de una casa en Mérida y alegaron estar atrapadas en la cadena que, con supuestos lazos en instituciones migratorias mexicanas, opera en Yucatán, en un hecho que reafirmó a Centroamérica como origen, tránsito y destino del tráfico de mujeres. González narró que Canales la llamó por teléfono desde Costa Rica a Mérida, antes de viajar al país.
“Se comunicó conmigo en alguna ocasión diciéndome que alguien le había dado mi número de teléfono, porque (decía que) yo sabía quién rentaba cuartos”.
El noticiero recordó que González fue investigada en 2008 en México por su trabajo con jóvenes costarricenses, en un proceso en que la ahora fugitiva atribuyó a una maniobra de Carreras para sacarla de competencia y monopolizar la prostitución en Mérida. Aunque la investigación fue desestimada, “yo me retiré” del negocio, informó González.
“A mi casa no solamente venían muchachas prostitutas”. Recomendadas por las mismas “muchachas, llegaban también modelos” costarricenses de paseo a Cancún o a otro lado. “Venían a México a hacer sesiones de fotografía y algún otro tipo de trabajo de modelaje”, aunque “no de prostitutas”, aclaró.
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