Tuxtla, Gutiérrez.-
Con la finalidad de rescatar y proteger los ecosistemas, mediante la reforestación se pretende crear un Geoparque en una superficie de 150 mil hectáreas de municipios del centro de la entidad.
En esa región, explicó Froilán Esquinca Cano, coordinador de Investigación de la Secretaria del Medio Ambiente e Historia Natural, se han perdido especies emblemáticas de la flora regional.
Refirió que en marzo y mayo de este año se realizaron reuniones a nivel nacional en las que se presentó el proyecto del Geoparque, que es una zona protegida con un patrimonio geológico internacional que cumple con criterios para promover el desarrollo sostenible y sustentable de las comunidades.
Esto, argumentó en entrevista, mediante estrategias de protección, conservación y restauración de ecosistemas, aprobadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educción, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El Geoparque se ubicaría entre el cañón del río La Venta, municipio de Cintalapa; La Cima de las Cotorras y El Aguacero, en Ocozocoautla; El Chorreadero y el Cañón del Sumidero en Chiapa de Corzo; la meseta de Copoya y cerro Mactumactzá, en Tuxtla Gutiérrez; los bosques de Berriozábal, San Fernando y la presa de Malpaso, en Tecpatán.
Esquinca Cano comentó que a la fecha se ha logrado establecer 100 hectáreas para plantar especies nativas y se abre la posibilidad de ampliar la superficie, pues se prevé la instalación de un vivero para la reproducción de especies de cloración nativas de la región.
Además, ya se tiene un banco de germoplasma en el Jardín Botánico ‘Faustino Miranda’ para reproducir especies de selva baja mediana, con la finalidad de mejorar los servicios ecosistémicos y reducir la mancha urbana.
‘No es posible seguir permitiendo el crecimiento de las ciudades hacia las zonas boscosas, ni hacia las laderas’, consideró el especialista.
Por ello, con el establecimiento del Geoparque se darían pasos importantes hacia la conservación de los ecosistemas locales, se podría evitar el arrastre de suelos, frenar el cambio de uso del suelo y poner un alto a la degradación.
‘Esta es una oportunidad para adaptarse al cambio climático desde el ámbito forestal, turismo y producción, que obliga a una planeación estratégica interinstitucional y multidisciplinaria’, resaltó.
Si no trabajamos con una visión estrategia integral, muy amplia, con resultados de corto, mediano y largo plazo, con un mecanismo de evaluación y de seguimiento muy puntual, poco o nada podremos avanzar en la restauración de los ecosistemas, apuntó.