México, D.F.-
El impuesto de 5.0 por ciento a productos de alto contenido calórico y el cobro de un peso adicional por litro a las bebidas con azúcares añadidas, incentivará el consumo de endulzantes químicos que a largo plazo serían más nocivos y un revés para la salud.
Representantes de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA) consideraron que se trata de un gravamen discriminatorio al excluir productos que sí tienen que ver con el problema de la obesidad, como las hamburguesas que se ofrecen en cadenas internacionales, por ejemplo.
En conferencia de prensa, el director general del organismo, Humberto Jasso, estimó que de los 12 mil 500 millones de pesos que el gobierno federal prevé recaudar por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a estos productos, sólo erogaría 316 millones de pesos -un 2.5 por ciento- para la prevención de la obesidad.
Al presentar un documento donde el sector plantea sus inconformidades sobre el tema, dijo que esos cobros previstos en la reforma hacendaria que analiza el Senado de la República afectaría a la población de menores ingresos.
Sostuvo que se trata de un impuesto que afecta a un producto natural como el azúcar e incentiva la desviación hacia otros productos de origen químico que a la larga resultarían más nocivos y darían un sentido contrario al cuidado de la salud.
Mencionó que actualmente la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que pagan los refrescos es superior a 20 millones de pesos, recursos que -apuntó- no han sido destinados al combate a la obesidad.
Humberto Jasso comentó que los nuevos cobros a las bebidas azucaradas, entre ellas el refresco, que ya paga IVA, representaría una carga adicional de 15 a 20 por ciento.
Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas, Fernando Ponce, aseveró que esta iniciativa afectaría de manera directa a más de 10 mil empleos en el corto plazo y hasta 20 mil empleos en el mediano.
En realidad, dijo, el argumento utilizado para gravar a esta industria no se sostiene por sí sola, pues se trata de un impuesto meramente recaudatorio que no resuelve el problema de la obesidad y en cambio sí impactará a los sectores de medianos ingresos.
A su vez, el senador del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Armando Neyra Chávez, pidió revisar a fondo esta iniciativa para conocer sus verdaderos límites y alcances, antes que aprobar una iniciativa que afecte a la cadena productiva del azúcar.
Aseguró que están en riesgo más de 800 mil “tienditas” donde más de 40 por ciento de la utilidad que obtienen proviene del refresco y otro tanto de productos denominados “chatarra” y que también tendrán una carga fiscal.
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