México, D.F. / Enero 30.-
La madera de los más de 35 mil árboles que fueron derribados por el viento en febrero del 2010 en la delegación Milpa Alta sigue siendo aprovechada poco a poco por los habitantes de las comunidades de Milpa Alta y San Salvador Cuauhtenco para distintas cosas.
El 3 y 4 de febrero del año pasado, fuertes vientos derribaron aproximadamente 37 mil árboles del bosque ubicado en las tierras comunales de esa zona de la delegación Milpa Alta.
El suceso fue calificado por las autoridades del gobierno del Distrito Federal como un desastre ambiental por la magnitud del daño, que nunca había ocurrido.
Además, en días previos a la contingencia provocada por la fuerza de los vientos, las lluvias atípicas inundaron delegaciones del oriente del DF provocando problemas en la región.
El jefe delegacional, Francisco García Flores, explicó este sábado que a casi un año del desastre, la madera todavía no se agota debido a la cantidad de árboles derribados. Ejemplificó que si esos árboles caídos se colocaran en una fila, sumarían 23 kilómetros.
Además, los árboles tenían una altura de entre 10 y 15 metros y diámetros de entre un metro y 1.5 metros.
Los representantes de esas poblaciones de la delegación Milpa Alta recibieron a finales de junio del 2010 la autorización federal para el aprovechamiento doméstico de la madera.
Razón por la cual se acordó que la madera producto de los árboles caídos sería empleada en la fabricación de muebles para la comunidad o accesorios para los hogares de los milpaltenses, pero su venta está prohibida.
El acuerdo fue que ese recurso no podía ser explotado con fines comerciales, sino únicamente para beneficio comunitario de los pobladores de la zona alta de esa demarcación rural.
El trato entre líderes comunales fue calificado como histórico, debido a que las dos comunidades mantienen un pleito generacional por los límites territoriales desde hace 400 años y que esta vez se vio mermado por este acuerdo de aprovechamiento de la madera.
Para este año, el delegado García Flores descartó que se presente una contingencia como la del 2010, pues dijo que en mucho tiempo eso no había ocurrido y “es complicado que se caigan más árboles, es difícil que se repita”.
Anunció que en caso de que se registren lluvias atípicas otra vez, será difícil que se inunden algunas poblaciones.
Adelantó que ya se tomaron medidas preventivas como la construcción de represas, ollas de captación y bardas de piedra en las zonas altas de la demarcación para evitar deslaves y que el agua se filtre desde arriba.