México, D.F.-
Está lejos que México cuente con una Cámara de Diputados de calidad, ya que aún cuando tiene 500 integrantes que gastan más de 5 mil millones de pesos de presupuesto anual, predomina el desinterés por legislar en comisiones y el pleno, señala el diputado sin partido Jaime Arturo Vázquez Aguilar.
Las decisiones las toman unos cuantos diputados; mientras la mayoría carece de condiciones dignas para cumplir sus responsabilidades; en San Lázaro hay dispendio, lamenta.
Por su condición de diputado sin partido, Vázquez Aguilar no es integrante formal de alguna comisión legislativa, y se ha ocupado en impulsar temas de salud y educación, en condiciones precarias, desde donde, dice, ha observado que los funcionarios de la Cámara de Diputados, que debían servir a los legisladores, tienen más recursos a su disposición que los encargados de legislar.
Con cuatro periodos legislativos sin pertenecer a un grupo parlamentario (llegó con el Panal y se separó), Vázquez Aguilar que ha trabajado en el patio del Palacio Legislativo y ahora ocupa una pequeña oficina que comparte con una secretaria, además paga a sus asesores con sus ingresos propios.
Actualmente prepara una querella para que en tribunales se resuelva si un diputado sin partido, como lo señala la Constitución, tiene derecho a condiciones de trabajo iguales a las de sus demás colegas. “El hecho es que habemos diputados de primera y de segunda”, dice.
Lamenta Vázquez Aguilar que en la Cámara de Diputados haya desinterés de buena parte de los legisladores que no trabajan en comisiones ni asisten al pleno, y además de la dieta, gastan en instalaciones y personal.
“Hay muchos diputados que no asisten a las comisiones y que tienen dos secretarías o una presidencia y una secretaria”. Estas posiciones se traducen en apoyos al legislador, pero no trabajan, porque las decisiones las toma una cúpula, comenta.
Dice que “sería interesante que algún día se transparentara qué diputados tienen dos oficinas, cómo solventamos los gastos de las personas de apoyo de cada diputado, muchos adscritos a las comisiones”.
Si en la Cámara de Diputados, deciden 50, 40, 30, 20 ó siete, “¿qué estamos haciendo los demás?”, concluye.
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