Ciudad de México.-
El pasado 15 de mayo dio inicio la temporada de lluvias y ciclones tropicales en las costas del Pacífico y en el Atlántico, informó el Servicio Meteorológico Nacional.
En una conferencia celebrada el pasado 6 de mayo, las autoridades compartieron detalles sobre las expectativas para esta temporada. Se anticipa que sea más activa de lo habitual, con un aumento en el número de sistemas ciclónicos tropicales tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, una tormenta debe alcanzar la categoría 3 o superior para que se presente el fenómeno meteorológico.
La fuerza de un huracán es relevante porque ayuda a los meteorólogos a brindar una idea del tipo de daños posibles a los habitantes que están en la trayectoria.
Los huracanes se dividen en cinco categorías en función de la velocidad del viento que producen:
Categoría 1: vientos entre 119 km/h y 153 km/h.
Categoría 2: vientos entre 154 km/h y 177 km/h.
Categoría 3: vientos entre 178 km/h y 208 km/h.
Categoría 3: vientos entre 178 km/h y 208 km/h.
Categoría 5: vientos de 252 km/h o superiores.
Un huracán de categoría 2, por ejemplo, puede causar graves daños en los techos de las casas, partir o arrancar árboles poco arraigados y dejar sin electricidad a una zona durante días o semanas.
Cuando un huracán alcanza la fuerza de categoría 5, el centro puede predecir que “se producirán daños catastróficos” según la escala Saffir-Simpson.
Los vientos de un huracán de categoría 5 pueden destruir casas, derribar árboles y tendidos eléctricos y, posiblemente, dejar una zona sin electricidad durante semanas o meses.