México, D.F.-
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) subrayó que no rechaza ni excluye a parejas del mismo sexo, pero sostiene su principio del matrimonio entre hombre y mujer y orienta a los fieles a no ceder ante otros tipos de convivencia y no dejar a un lado a la familia tradicional.
“Como Iglesia estamos abiertos a la vida y a la compenetración del amor. En esto, hemos sido muy claros en respetar la decisión de quienes buscan una pareja del mismo sexo, pero es diferente la unión para toda la vida del hombre y la mujer”, destacó Víctor René Rodríguez Gómez, secretario general de la CEM.
En el marco de su 93 asamblea plenaria en el marco de la cual dialogarán con los cuatro candidatos a la Presidencia de la República, iniciando este martes por la tarde con la panista Josefina Vázquez Mota, los obispos resaltan la importancia de fomentar el rescate de la familia y el compromiso de por vida de la pareja, pues reconocen el crecimiento de las separaciones, ante lo cual hacen un llamado a no tener miedo a comprometerse con otra persona.
“Los obispos, llamamos a las familias a tener valentía en esta nueva realidad donde deben afrontar dificultades y amenazas, por lo que necesitan ser atendidas, evangelizadas y apoyadas de manera específica. La familia cristiana es un medio decisivo para la educación en la fe, para la edificación de la Iglesia y para su presencia misionera en la diversidad humana”.
Víctor René Rodríguez Gómez, quien es obispo auxiliar de Texcoco; Juan Pedro Juárez, obispo de Tula y Jorge Carlos Patrón, obispo coadjutor de Papantla, reconocieron en conferencia de prensa, que existe preocupación de que cada vez las familias vivan sin Dios, lo cual se traduce en un “ambiente inhóspito”, por lo que están decididos a enfrentar este gran reto de revertir la secularización en la sociedad.
“La secularización llevando a la familia a marginar a Dios y a su misma desintegración. Se absolutiza la libertad sin compromiso, sin la búsqueda de la verdad y se cultiva como ideal el bienestar individual a través del consumo de bienes materiales y experiencias efímeras, descuidando la calidad de las relaciones personales y la búsqueda de los valores humanos más profundos.
“Además, el amor se reduce a una emoción sentimental y a la satisfacción de impulsos instintivos, sin esforzarse por construir vínculos duraderos pertenecía recíproca”.
En este contexto, recordaron que el Papa Benedicto XVI dice a las familias que con su testimonio de vida tienen que salir al mundo para mostrarle que es posible amar sin reservas, como Cristo lo hizo, y las llama a que se alegren por la paternidad y la maternidad como don de Dios.
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