Valladolid, Yuc.-
Alpha Tavera Escalante era maestra de quinto año de primaria hasta antes de convertirse en la primera alcaldesa de oposición en ganar este municipio, el tercero en importancia en Yucatán, a 45 kilómetros de Chichén Itzá, la zona arqueológica de mayor relevancia en el estado, y a 195 kilómetros de Cancún.
Soltera e inesperadamente envuelta en el mundo de la política, vive en la polémica por su forma de gobernar y por la forma en cómo llegó al cargo, porque ganó la elección prácticamente desde la cama. Mes y medio antes de las elecciones, en 2015, vivió un accidente durante una gira proselitista con Andrés Manuel López Obrador y sufrió varios golpes en la cabeza que le provocaron la formación de coágulos. Ante ello, tuvo que ser inducida a un coma y estuvo varios días postrada. Fueron sus seguidores, los de Morena, los que hicieron campaña a su nombre y fue así que ganó la elección.
“Fue un milagro, por algo estoy aquí, y ahora debo gobernar de manera diferente, rompiendo los cacicazgos tradicionales. Alguna razón hubo para que salvara la vida”, dice.
Afirma que a su arribo a la alcaldía rompió con los “cacicazgos de siempre” en este municipio, gobernado tradicionalmente por gente del PRI y por personajes de este lugar que han sido alcaldes, luego diputados locales, diputados federales y han regresado a gobernar Valladolid durante varios trienios, hasta convertirse en “pequeños reinados” municipales, en donde incluso el poder se transfería de una familia a otra.
Se trata de priístas de “viejo cuño”, como Roger Alcocer García, Liborio Vidal Aguilar, Mario Peniche Aguiar, entre otros.
En entrevista con EL UNIVERSAL, precisa que recibió el ayuntamiento del ex alcalde priísta Roger Alcocer García “totalmente en quiebra, con deudas de agua potable, con bancos y con la CFE”, por lo que hay tres denuncias en la Procuraduría General de la República contra el ex edil, por presuntos desvíos de casi 30 millones de pesos. El ayuntamiento, dice, tiene pocos recursos, apenas cuenta con un presupuesto de 268 millones 754 mil pesos para una población de aproximadamente 89 mil 500 habitantes, por lo que es complicado laborar en forma “normal”. Su relativa cercanía con Cancún, y otras ciudades del vecino estado de Quintana Roo, contribuye a fortalecer el comercio. Tienen un mercado de oro, principalmente de tiendas de alhajas.
Polémica. Después de unos meses de asumir el gobierno de Valladolid, dos ex colaboradoras fueron despedidas. La ex directora de Desarrollo Social, Fabiola Salazar Esquer, y la ex coordinadora del programa Construyendo Juntos la Esperanza, Lorena Acosta Núñez. Ambas aseguran que la alcaldesa dice una cosa y hace otra.
Alegan que en la Comuna siempre se dice que no hay dinero, pese a que se reciben participaciones al igual que otros municipios. También consideran que fue violado sus derecho a la privacidad al ser “hackeadas” sus cuentas de Facebook, donde se habrían detectado conversaciones en las que hablaban mal de la edil y que en apariencia fue la causa de que inesperadamente las despidieran.
Ambas consideraron que el gobierno de oposición de Morena es decepcionante y mediocre. Aseguran que la alcaldesa no es la que en realidad gobierna, sino “otros familiares y amigos”, pero no dan nombres.
“A todos atiendo, no tengo preferencias, quienes se quejan son gente que colaboró en campaña y que trabajó en el Ayuntamiento de Valladolid, pero que ya no estaban rindiendo y se les dio de baja”, dice la alcaldesa en su descargo.
Meses atrás enfrentó la protesta de decenas de vecinos que se quedaron sin agua potable. Justificó lo ocurrido diciendo que el Sistema de Agua Potable, Bombas y Tuberías eran muy antiguas y que no había dinero para repararlas de manera inmediata. Luego dijo que recurrió al sector empresarial de Valladolid para reunir recursos y reparar las fallas.
“Para que vean…tengan para que aprendan”, dijo Andrés Manuel López Obrador durante una visita a Valladolid, en relación a su administración. “Ella es honrada y sabe lo que es gobernar para todos”.
Otra de las acusaciones en su contra es que rehúye trabajar con dependencias como Sedesol y Sedatu por ser parte del gobierno federal de Enrique Peña Nieto, a quien Morena no reconoce como Presidente de la República. “Estamos trabajando en convenios de espacios públicos, de vivienda. Tenemos que hacerlo porque la gente pide respuestas y eso es lo que estamos dando… no es verdad que los ignoramos”, justifica.
Considera que está obligada a trabajar mejor de lo que lo hicieron sus antecesores porque sí no, “seguramente seré satanizada y mucho más cuestionada que los del PRI”.
Independientemente de las dudas que enfrenta sobre su permanencia en la política, señaló que lo principal por lo pronto, es acabar con los “cacicazgos y grupos” que han reinado tradicionalmente en el municipio de Valladolid, hay que trabajar para ello, no permitir que por generaciones, “los mismos tengan el gobierno municipal”.
Sin embargo, a Tavera Escalante se le relaciona con el diputado federal del PRI y ex alcalde por el PRI, Liborio Vidal Aguilar, quien, reconoce, “me ayudó a conseguir mi plaza de maestra hace muchos años”.
Vidal Aguilar en el año 2000 renunció al PRI y se fue al PRD, pero en 2007 regresó al tricolor. Niega que él tenga alguna injerencia en la alcaldía de Valladolid.
A raíz de su ingreso al municipio y por ley, tiene en la página del Ayuntamiento de Valladolid, un área dedicada a la transparencia y el uso de los recursos de esa comuna. En esa página, afirma, se colocan los gastos, ingresos y egresos que tiene mensualmente la comuna y que pasan bajo registro e inspección del cabildo.
Invita a toda la sociedad a confirmar que en su administración “no hay recomendados ni privilegiados como ocurría en otras administraciones”.
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