México, D.F. / Septiembre 18.-
Una danza interminable de cifras y más dudas que certezas, dejó el terremoto que devastó la ciudad de México hace 25 años.
A bien, nadie sabe con exactitud cuántos capitalinos murieron en el sismo del 19 de septiembre de 1985, ni la cantidad de heridos que dejó la mortal sacudida, o el número de edificios que esa mañana se vinieron abajo repletos de familias que apenas despertaban para arrancar con el día.
Un sinfín de especulaciones sobre los costos humanos y materiales del terremoto aún se debaten, pero se sabe que su poder fue similar a la detonación de mil 114 bombas atómicas de 20 kilotones.
El sismo del 19 de septiembre y su réplica un día después causó daños por 52 mil millones de pesos actuales.
Desde el momento mismo de temblor, que también ocasionó muertes y daños en Michoacán, Guerrero, Colima y Jalisco, el entonces presidente Miguel de la Madrid minimizó el hecho, rechazó la ayuda internacional y evitó divulgar cifras reales sobre la tragedia.
No se daban a basto
Cuando lo hizo contrataban de manera notable con la magnitud del evento. Daba cuenta de sólo cinco mil muertes por el temblor, aunque poco después corrigió y colocó el número en 10 mil. Aún así, la cantidad era considerablemente inferior a la evidencia.
La prensa internacional rápidamente daba cuenta de entre 25 mil y 35 mil muertes, y de más de 50 mil heridos.
Miguel de la Madrid declaraba años después: “baste señalar que no se daban abasto los jueces del Registro Civil para extender las actas de defunción requeridas, por lo que hubo que capacitar rápidamente a más personal, además de simplificar trámites obviando la autopsia y el certificado médico. Naturalmente, en el caos inicial, los problemas se enfrentaron como se pudo y seguramente se realizaron muchos entierros sin apego a los trámites legales”.
Con el correr de los años, parte de la información sobre lo que sucedió se develando. Hoy se calcula, de acuerdo con diversas fuentes, incluyendo periodísticas, que el temblor ocasionó la muerte de entre 35 mil y 40 mil personas, y no de 10 mil como lo afirmó de manera tímida el gobierno federal, y que el movimiento telúrico fue de 8.1 grados en la escala de Richter y no de 7.8 grados como inicialmente se difundió.
Ahora se sabe que derivado del terremoto de 1985 se perdieron 200 mil empleos formales en la ciudad de México.
En un mapeo de daños realizado por las autoridades del DF se identificaron los peores daños en las Delegaciones de Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.
En las zonas centrales de la capital las ondas sísmicas tuvieron una aceleración cuatro veces mayor que las registradas en áreas periféricas.
De acuerdo con el análisis de expertos elaborados meses después demostraron que los movimientos oscilatorios de desplazamiento y la trepidación provocaron el colapso de edificaciones que tenían entre 5 a 21 pisos.
Un estudio de la Comisión Metropolitana de Emergencia del DF realizado un mes después del terremoto, reveló que dos mil 831 edificaciones habían sufrido daños estructurales de algún tipo, 880 quedaron en ruinas.
Con base en información extraoficial, 50 mil familias perdieron sus hogares en los sismos del 85 —unos 150 mil damnificados—, y que instituciones médicas atendieron a por lo menos 40 mil heridos, echando mano de mil toneladas de medicamentos y equipo de primeros auxilios enviados del exterior.
El resultado del terremoto de 1985 colapsó las redes telefónicas de todo el país y ocasionó al menos cuatro mil millones de dólares en pérdidas, unos 52 mil millones de pesos de los actuales.
Sólo en el parque de béisbol del Seguro Social, donde hoy se asienta un centro comercial, se llegaron a concentrar más de 2 mil cadáveres.
Más de 4 mil, rescatados con vida
Cuerpos de rescates, de la Cruz Roja Mexicana y de otras organizaciones humanitarias, lograron sacar con vida de entre los escombros a más de 4 mil personas, algunas de ellas, con más de 10 días de estar atrapadas.
Sólo en los hospitales Juárez, General y Centro Médico Nacional fueron rescataron a unas dos mil personas entre médicos y personal de los nosocomios y pacientes. Hoy se sabe con más certeza que en los edificios Nuevo León y Juárez, en Tlatelolco; Televicentro (hoy Televisa Chapultepec), en una maquiladora que funcionaban en un edificio en las cercanías del centro histórico, y en el Hotel Regis, que se ubicaba frente a la Alameda Central, murieron tres mil personas.
Miguel de la Madrid, en sus memorias “Cambio de rumbo”, publicado en 2004 por el Fondo de Cultura Económica, admitió que el terremoto de 1985 “rebasó la capacidad institucional para hacerle frente. Su magnitud nos tomó por sorpresa y tuvimos que actuar sin el apoyo de un plan de emergencia a la altura de las circunstancias”. Y más aún afirmó “Las instituciones quedaron rebasadas por la catástrofe”.
Jesús Silva Herzog, quien fuera secretario de Hacienda en esos años, confesó años después: “El 85 fue un año político, había elecciones y ahí nos empezamos a descomponer. La disciplina financiera y económica con la que se manejaron las cosas, fue menor que en los años anteriores. Había una necesidad política que es una realidad. Las elecciones resultaron bastante bien, y las desviaciones sobre el presupuesto original, fueron salvadas, entre comillas, por el terremoto de septiembre del 85, porque ahí le echamos la culpa al terremoto”.
Discussion about this post