Queretáro, Qro. / Octubre 21.-
“¡Candidato!, ¡candidato!”, le gritó un huésped a Enrique Peña Nieto desde el balcón de un hotel ubicado en la esquina de las calles de Corregidora y Ángela Peralta, a una cuadra del Teatro de la República.
“Le mando una propuesta, señor candidato” y les lanzó una hoja de papel.
Enrique Peña Nieto se agachó a recogerlo, Manlio Fabio lo observó.
Los dos aspirantes a la candidatura presidencial por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se reunieron, en privado, con el gobernador del estado de Querétaro, el también priista, José Eduardo Calzada, en el Palacio de Gobierno.
Media hora después, salieron del histórico inmueble -que fuera la casa del Corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez- y se enfilaron al Teatro de la República.
Caminaron por un andador y 3 calles del centro histórico de la ciudad hasta que llegaron a la valla metálica que separó a los políticos de la gente reunida en torno al teatro.
Sin embargo, Enrique Peña Nieto rompió el protocolo, se salió de la “burbuja” formada por media docena de guardaespaldas y se acercó a la gente que le extendía la mano para saludarlo.
“¡Candidato… ¡suerte candidato!”, le dijo una señora mientras Peña Nieto estrechaba, una a una, las manos tendidas.
Mientras, Manlio Fabio -aconsejado por la senadora Socorro García Quiroz- optó por adelantarse para tratar de saludar a la gente que estaba al final de la valla; y sí, la decisión fue recompensada con varios gritos de apoyo y media docena de saludos.
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