México, D.F. / Mayo 31.-
Los hombres se han convertido en el principal factor de transmisión del Virus del Papiloma Humano (VPH), causante del cáncer cervico uterino que le quita la vida a una mujer cada dos horas en México; sólo que 35 por ciento de ellos no se han dado cuenta que son portadores y otros que lo saben no se atienden porque prevalece en ellos una postura “machista”.
En 9 de cada diez casos son ellos los que difunden el virus. Entre los hombres lo que hay es vergüenza o pudor a las revisiones médicas, la pena que les da tener la enfermedad, el miedo a la prueba de detección, el desconocimiento del virus, la falta de una política pública que fomente en las instituciones de salud las revisiones médicas periódicas, pero sobre todo, pensamientos “machistas”, que hace que se desdeñen todas las medidas de prevención del virus para los hombres en México.
La cultura machista que impera todavía en algunos sectores del país, ha generado que el hombre prácticamente no se atienda, ni se le proporcione información para prevenir un contagio o para evitar transmitir el virus a su o sus parejas, coinciden médicos del IMSS y de Mexfam.
Resistencia a la prevención
Hace mes y medio, un joven de 22 años de edad ingresó a una de las clínicas ubicadas a ciudad Nezahualcóyotl, la insistencia de su novia lo llevó hasta ese lugar.
Él había insistido por días que tuvieran relaciones sexuales, pero ella puso como condición que él se realizara un examen para la detección de cualquier tipo de enfermedad sexual. Confiado acudió al laboratorio y ahí se enteró que tenía papiloma de forma moderada y ahora es atendido.
“Esa es la forma en que regularmente acuden los hombres a las revisiones, presionados por sus novias, esposas o amantes”, refiere el médico.
“El machismo influye y hace que ellos nieguen toda posibilidad de contraer el virus. Es una postura de decir yo estoy bien y si lo tengo, de todas formas a mí no me va a dar cáncer; por lo que pasan por alto los estudios de prevención. No les interesa”, refiere Luis Peñuñuri, ginecólogo de la organización civil Mexfam.
Esta situación se convierte en alarmante debido a que aproximadamente 630 millones de personas están infectadas con el Virus del Papiloma Humano (VPH) en todo el planeta, superando las infecciones del VIH y de la Hepatitis C. El 43 por ciento de ellos son hombres y parte importante no lo saben y si tienen conocimiento de que son portadores no se han atendido.
Se estima que entre el 1 y 2 por ciento de los hombres acuden de forma voluntaria a realizarse exámenes para la detección.
La cifra contrasta con el 70 a 80 por ciento de los pacientes que no son informados por los médicos mexicanos que tienen que ser diagnosticados y utilizar medicamentos.
“Los médicos no lo sugieren a las mujeres diagnosticadas para evitar problemas conyugales, con sus novias o amantes”, dice el especialista.
Es por ello que las políticas públicas de atención sobre el papiloma humano en nuestro país hacen que la atención se centre en las mujeres, “pero lo que se requiere es que la norma técnica de la Secretaría de Salud incluya también al hombre en la detección del virus a través de la androscopia o penescopía y la citología de uretra, conocida también como papanicolau uretral”.
La recomendación es hacer revisiones periódicas como en el caso de las mujeres, al menos una vez al año, puesto que en el hombre la presencia del VPH puede ser sin sintomatología o bien, percibir los condilomas o pequeñas verrugas en los genitales. Estas son parecidas a pequeños racimos de uva por debajo del glande.
Se estima que el periodo de manifestación va de los dos a los 5 años, por lo que durante todo ese periodo, tanto hombres como mujeres pueden pasar inadvertida la presencia del virus. Solo hasta que se presentan las verrugas, o en el caso de ellas, que sean recurrentes las infecciones vaginal y dolores de vientre es que regularmente se confirma la presencia de ese padecimiento.
Diagnósticos precisos
Los especialistas plantean que de forma regular los hombres acuden al médico general o al urólogo para hacerse algún tipo de revisión, pero para asegurar un diagnóstico acertado se requiere asistir con un colposcopista.
“Esa la única forma de evitar que los médicos generales lleguen confundir las verrugas prematuras con `glándulas sensitivas´. Uno de mis pacientes llegó a decirme que le habían dicho que eran normales. Algunos tienen esas glándulas en el pene, pero son para que sientan bonito en sus relaciones”, relata Peñuñuri.
Al igual que ocurre en el caso de las mujeres, Edy Antonio León Juárez, internista e infectólogo de la subdirección de normatividad y apoyo técnico del Centro Nacional para la Prevención y Control del SIDA, dice que los hombres deben también autoexplorarse y acudir a revisiones para diferenciar el papiloma de las glándulas hipersociadas.
Explica que existen investigaciones que refieren que los hombres circuncidados tienen menor riesgo de contraer el VPH, pero la certeza es la de realizar los exámenes médicos para descartar la confusión de los diagnóstico.
El especialista llama la atención para que a nivel de políticas públicas se pueda “reforzar esta parte con los médicos y servicios médicos para que se hagan bien los diagnósticos”.
Las personas más vulnerables son aquellos que han tenido más de tres parejas sexuales, lo mismo que quienes tienen alto consumo de tabaquismo o quienes tienen poca higiene.
De las 100 variedades de de VPH, las cepas o variedades que más afectan a los hombres son los tipificadas con los números 16, 18, 33 y 32, plantea Germán Castelazo Rico, jefe del servicio de oncología del Hospital de Oncología del Centro Médico La Raza.
La forma más común de infección son los condilomas acominados en el pene, el escroto, y en el caso de los hombres que tienen sexo con otros hombres en el recto y el perineo.
Los grupos de personas más afectados son los adolescentes y hombres jóvenes que están iniciando su vida sexual.
“El reporte de epidemiología señala que las personas en las que se presenta una mayor incidencia son los hombres de entre los 25 a 44 años de edad”.
El caso de Pedro
El año pasado, un adolescente al que se le identifica en su expediente como Pedro, empezó a tener dolores anales y constantes sangrados ante la presencia de verruguitas que le llevaron al médico y ser diagnosticado con hemorroides.
En esas condiciones transcurrieron más de 8 meses, hasta que su mamá se dio cuenta del problema por las manchas en su ropa interior y los papeles del baño.
Cuestionado por la mamá el joven le dijo que ya había asistido al servicio médico y le habían dado medicina. Sin embargo, al persistir el sangrado la madre lo llevó al médico de la familia, quien luego de preguntarle al estudiante de secundaria, este reveló que desde hace dos años tenía prácticas homosexuales con personas de su misma edad y adultos.
En el proceso de revisión, el médico encontró rasgos de condilomas acominados por lo que sugirió buscar un especialista. Luego del “peregrinaje” para que lo pudieran atender, Pedro llegó al Hospital General en donde le informaron que las lesiones tenían una longitud de 10 centímetros por 5 centímetros de ancho. Debía ser operado.
La precaria situación económica lo llevó a la clínica de Nezahualcóyotl en la que Luis Peñuñuri confirmó el diagnóstico, tendría que ser operado porque las lesiones ya habían provocado una deformación anal “cruenta, que incluso afectó el recto”.
Las consecuencias pueden llegar a ser también de presencia de cáncer en el pene, pero hasta ahora la incidencia es muy baja. No así en el caso de las mujeres que son susceptibles a la presencia del virus.
Para el caso del tratamiento de las mujeres, los sistemas de salud han difundido en los últimos años la necesidad de que se apliquen vacunas contra el virus desde temprana edad. Pero en el caso de los hombres aún está en proceso la posibilidad de contar con ella.
Lo que se requiere, afirma, Edy Antonio León Juárez, internista e infectólogo de la subdirección de normatividad y apoyo técnico del Centro Nacional para la Prevención y Control del SIDA, es emprender una campaña para hombres porque “se ha minimizado el problema del VPH. Hay poblaciones que tienen más VPH que SIDA, además que los hombres pueden contagiar hasta 20 mujeres en su etapa más activa.
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