).- El poderío de “La Familia Michoacana” alcanzó en los últimos dos años tal nivel que hoy opera en 77 municipios del estado –más de 60% de los 133 ayuntamientos-, incluso en algunos de ellos dispone de patrullas clonadas y uniformes que distinguen a sus sicarios de otras bandas.
Similares a los que fabricó el capo del narcotráfico, Arturo Beltrán Leyva, para sus asesinos a sueldo y que fueron descubiertos durante un operativo en la ciudad de México, ahora los integrantes de esta organización delictiva michoacana cuenta con chalecos y uniformes con las iniciales FFMM (Familia Michoacana).
Informes oficiales de la Procuraduría General de la República (PGR) señalan que los disfraces de policías y vehículos que usan en sus operativos o incursiones, les permite moverse con toda libertad e impunidad por los municipios en los que logrado penetrar y alcanzar el control absoluto, o bien tener células en operación o simplemente como sitios para esconderse o refugiarse.
Existe un mapa sobre cómo y dónde se ha extendido “La Familia Michoacana” desde que hizo su aparición pública en 2006. La geografía donde la sombra de la banda se ha hecho presente hasta llegar a tener el control absoluto en al menos 12 municipios del estado: Morelia, Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Pátzcuaro, Uruapan, Zinapécuaro, Tiquicheo, Tanhuato, Ocampo, Jacona, San Juan Nuevo y Tancítaro.
Los cinco primeros municipios antes mencionados son no sólo los más importantes por el número de su población, sino en los que la actividad empresarial y comercial, social y cultural sostienen a Michoacán. La presencia de “La Familia Michoacana” no tiene preferencia por algún partido político. Por ejemplo, el PRI gobierna en Morelia y Pátzcuaro, El PRD en Apatzingán y Lázaro Cárdenas, mientras en Uruapan es el PAN.
El grupo criminal que se conformó inicialmente en 2006 con el apoyo de integrantes del cartel del Golfo, específicamente “Los Zetas”, se ha adjudicado las decapitaciones y ejecuciones en Michoacán y otros estados, como parte de lo que ellos llaman “un trabajo social”. En los sitios donde tienen el control absoluto se dedican, según ellos, a combatir el crimen a través del crimen.
“La Familia Michoacana” opera, de acuerdo con la información de la dependencia federal, a través de un consejo ejecutivo integrado por cabezas visibles -empresarios y funcionarios– y no visibles –narcotraficantes- de células regionales y municipales.
Disfrazados casi siempre de policías en sus operaciones criminales, los integrantes de esta banda se les conoce por los narcomensajes, que dejan en los lugares donde abandonan a sus victimas casi siempre torturadas, mutiladas o decapitadas. En cada uno de estos mensajes, mencionan las palabras de “ATTE. La Familia” o “La Familia Michoacana”.
Los informes de la PGR destacan que este grupo simula ser defensor de ciudadanos, comerciantes establecidos o ambulantes, empresarios y agricultores, pero a todos ellos les cobran “cuotas de protección” para no ser “molestados” en su patrimonio o en su familia, de los contrario quienes se niegan a cooperar son secuestrados o asesinados.
De hecho, una de sus principales tácticas es el terror psicológico que causan a sus victimas mediante el chantaje previo para la obtención de fuertes sumas de dinero, a cambio de respetar la integridad física de sus oponentes.
Este cartel, esta vinculado al narcotráfico como principal actividad, pero de ello han diversificado su actuación hacia otras actividades ilícitas, principalmente el lavado de dinero, el control del comercio establecido e informal, inmobiliarias, compra y venta de autos, centros nocturnos restaurantes, discotecas, así como de cobros a tiendas de autoservicio y refaccionarias o empresas medianas, tiraderos de droga y discos piratas, así como secuestros exprés a personas que se han estado dedicando a actividades ilícitas.
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