Chilpancingo, Gro.-
La Marina tomó el control de la seguridad en Zihuatanejo, en la Costa Grande de Guerrero, debido a la crisis de inseguridad y la ola de extorsiones que se viven en ese municipio.
El alcalde, el priista Jorge Sánchez Allec, informó que el viernes el cabildo de Zihuatanejo aprobó que la Marina tomara el control de la Secretaría de Seguridad Pública de ese municipio.
De manera extraoficial se supo que el teniente de fragata Carlos Sedas Taracena tomó el control de la Policía de Zihuatanejo.
También se supo que Sedas Taracena llegó acompañado de un grupo de marinos quienes tendrán el control de la seguridad en ese municipio. De hecho, la Secretaría de Seguridad Pública de Zihuatanejo era controlada por la Policía Estatal desde 2017.
En ese año, militares, marinos y policías estatales desarmaron a todos los agentes de la Policía Municipal y detuvieron a 42 presuntos integrantes de una organización criminal que estaban infiltrados en la corporación.
Los 42 detenidos estaban dentro de las instalaciones de la Policía Municipal y portaban uniformes, armas e insignias oficiales pese a que no pudieron acreditar que eran agentes.
En los últimos meses en Zihuatanejo se ha vivido una crisis constante de inseguridad, violencia sobre todo, de extorsión. La extorsión en Zihuatanejo se ha extendido como plaga. No tiene límites. El último caso fue con empresas de venta de materiales de la construcción que tuvieron que cerrar ante las amenazas de las organizaciones criminales.
“Estimados clientes agradecemos su preferencia, nuestras instalaciones permanecerán cerradas temporalmente por cuestiones de seguridad. Disculpe las molestias”, escribieron los propietarios de la empresa Materiales Ixtapa en sus redes sociales.
Un empresario hotelero, quién pidió el anonimato por seguridad, explicó que en esta semana por lo menos cinco empresas de venta de materiales para la construcción cerraron porque organizaciones criminales les exigen el pago de una cuota.
“Es lo que sabemos, que les están cobrando, que le están exigiendo el pago de la cuota y por eso cerraron”, contó el empresario. En lo que va de este año, el crecimiento de la extorsión en Zihuatanejo cada vez es más evidente.
A principios de mayo cerraron más de 50 tortillerías y el transporte público paró. A los tortilleros les exigieron un pago para permitirles trabajar, no aceptaron y vino la amenaza con atacarlos, la respuesta de los empresarios fue bajar sus cortinas para resguardarse pero también como una forma de protesta.
En esos mismos días, media ciudad se quedó sin el transporte público. Hombres armados quemaron tres unidades y suspendieron el servicio. La misma razón: si no pagan lo que les exigen los atacan. La misma respuesta: cancelar el servicio para resguardarse.
Un poblador cuenta que en estos momentos en Zihuatanejo los criminales extorsionan a casi todos los que ofrecen un servicio: a taxistas, a los que rentan las lanchas en las playas, a los operadores de máquinas pesadas, a hoteleros, a tortilleros, incluso, comenzó el control en la venta de productos como la cerveza, refresco, pollo y carne.
“Acá es así de fácil: si no pagas luego luego te quieren quemar tu negocio”, explica.