Cd. de México.-
El gobernador de Veracruz, Javier Duarte (PRI), rechaza que pueda ir a la cárcel y asegura que quien debe estar tras las rejas es el panista Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador electo.
Niega acusaciones de corrupción, asegura que tiene “las manos limpias” y dice que dejará la gubernatura “con la frente en alto”.
Duarte afirma además que ni el PRI ni el presidente Enrique Peña Nieto lo han dejado solo.
No se siente el enemigo público número uno y dice que más bien es el gobernador más joven en la historia de Veracruz, con “un gran trabajo” al cierre de su gestión.
Se considera parte de una nueva generación de políticos y asegura que la historia le dará su lugar.
A poco más de tres meses de entregar el cargo, hace un balance de trabajo y dice que es positivo, sobre todo en educación y salud. Niega haber contratado deuda y dice que tuvo poco margen financiero.
Duarte de Ochoa asume parte de la derrota del PRI —la que le toca— y, tras aclarar que él no contendió, ve como “errónea” la estrategia de su partido de criticarlo.
De su futuro político, aún no sabe, pero asegura que se quedará a vivir en México, “ese es el plan”, y confía en que podrá caminar tranquilo por Veracruz.