Hermosillo, Son.-
Los mexicanos son una población de alto riesgo para desarrollar diabetes, por lo que es importante tener un diagnóstico oportuno, sin embargo el país presenta un rezago de 10 años en este renglón preventivo de salud.
La jefa del Departamento de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Sonora (Unison), María del Carmen Candia Plata, informó que a nivel mundial existe un rezago de siete años en el diagnóstico de este padecimiento.
No existe un registro nacional de diabetes y tampoco uno de prediabetes, “puesto que ya hay evidencia de que la concentración de glucosa en sangre está alterándose, pero no llega al nivel en el que podemos diagnosticar diabetes”, señaló.
Diagnóstico oportuno, explicó, significa que el paciente llegue con el médico y le detecte la diabetes exactamente en el momento en que la está iniciando, porque si no se tiene el resultado de manera oportuna, tampoco se pueden detener totalmente las complicaciones.
“No se pueden evitar digamos, detener un poco, contenerlas; limitar los daños producidos con un buen tratamiento, seguimiento, pero eventualmente las complicaciones se presentarán”, alertó.
Candia Plata refirió que en estudios amplios, a nivel internacional por expertos, han detectado que cuando el paciente es diagnosticado de ocho a 11 años después de haber iniciado la diabetes, las complicaciones van a llegar relativamente rápido.
De esa manera, dijo, se pueden detener un poco, lo cual habla de la importancia de diagnosticar a los pacientes oportunamente y para ello -dado que los mexicanos son una población de alto riesgo- es necesario acudir al médico una vez al año, a partir de los 40 años.
En caso de tener otros factores de riesgo como son obesidad, antecedentes familiares, alteraciones en los triglicéridos e hipertensión arterial, lo recomendable es visitar al médico lo más pronto posible.
Una vez que se detectan factores de riesgo debe iniciarse un programa para cambiar el estilo de vida del paciente, pues la diabetes mellitus se relaciona con la alimentación con grasas saturadas, carbohidratos altamente disponibles, azucares refinados y refrescos azucarados.
Por lo anterior se le debe inducir a un cambio en su alimentación y practicar ejercicio, al menos 150 minutos de caminata moderada por semana, para cambiar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
La especialista consideró que para enfrentar esta enfermedad es necesaria una labor conjunta entre los sistemas de salud federal y estatal, además de las facultades de Medicina e incorporar medidas de protección a la salud y de prevención en las escuelas.
Asimismo, propuso diseñar estrategias para que la población entienda que no solo debe acudir al médico cuando se sienta enferma, sino hasta saludable para mantener su salud.
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