México, D.F. / Octubre 14.-
El ex candidato presidencial, Diego Fernández de Cevallos, agradeció que hayan colocado mantas en las que se pedía su regreso a la política, pero informó que mandó retirarlas porque no tiene sentido generar ninguna especulación.
Ayer jueves, en distintos puntos de la delegación Miguel Hidalgo, al poniente de la Ciudad de México, aparecieron mantas en las que se leía: “¡Jefe Diego, México te necesita!, 2012-2018”.
Al respecto, Fernández comentó en entrevista con Carmen Aristegui para Noticias MVS, que él no mandó colocarlas y por lo mismo consideró necesario quitarlas todas, incluida una que se dejó cerca de su residencia.
“Yo creo que en primer lugar México necesita de todos los mexicanos, no nada más del ‘Jefe Diego’, lo que dice esa manta de que México me necesita por supuesto que es la verdad, pero también necesita a todos los mexicanos, incluyendo a los que pusieron las mantas. No hay ninguna novedad en que México me necesite”, dijo el panista sobre el contenido de las mantas.
Agradeció que se le pidiera su regreso a la política, pero consideró que no era correcto. Dijo desconocer quién mandó colocarlas, si algún simpatizante o alguna organización, pero ordenó su retiro.
Añadió que para las elecciones presidenciales apoyará al candidato del Partido Acción Nacional, “sea hombre o sea mujer”.
En otro tema, el “Jefe Diego” habló sobre su secuestro y el del empresario Eduardo García Valseca, quien afirmó que por las similitudes del caso, fueron plagiados por las mismas personas.
El ex candidato presidencial, quien estuvo secuestrado durante más de siete meses, reveló que durante su plagio los secuestradores le preguntaron si conocía al empresario.
“En una ocasión me preguntaron si conocía al señor García Valseca, que si tenía alguna relación con él y les dije que no”. Añadió que los secuestradores negaron el hecho.
Fernández de Cevallos reiteró que no dará detalles de su plagio ni los revelará a la opinión pública porque no hay un detalle sobresaliente, ya que estuvo encerrado en un cajón donde no podía ni escuchar ni ver a sus secuestradores.
“Yo entiendo y comprendo perfectamente el dolor, el coraje, la rabia, la frustración, la decepción que pueda tener el señor García Valseca, si después de lo que le pasó ninguna autoridad haya atrapado a los secuestradores, ni haya esclarecido el crimen.
“Comprendo que lo tenga como obsesión, como dolor personal, y porque así como lo secuestraron hay muchos más. Lo que no puedo aceptar es que me acuse de cobarde un señor que huyó a Estados Unidos después de su secuestro”, dijo.