Cd. de México.-
Desde su aparición, a finales del 2019, el Covid-19 encendió las alertas y cambió, radicalmente, el trato entre unas y otros. Movidos por el miedo a contraer una enfermedad, de la que se conocía muy poco, comenzamos a temerle a nuestros semejantes y, dicho temor, se convirtió en una costumbre dentro de las relaciones sociales. Hoy, los expertos han puesto la atención a las nuevas convenciones y aseguran que se trata de una neoalteración, la denominan “coronafobia”, el miedo excesivo a contagiarse.
En un estudio, publicado en “PubMed”, se recabó la información más reciente en torno a los efectos psicológicos generados por la pandemia. Debido a la forma en que se propagó la enfermedad, en cuestión de meses, alrededor de todo el mundo, los investigadores han asegurado que produjo una crisis global, en la que alteró el ritmo de vida de las personas en todos sentidos. Cuando las personas se vieron impedidas de salir de casa, de reunirse con familiares y amistades, así como susceptibles a infectarse de un virus, potencialmente mortal, la inseguridad, ansiedad y el miedo ponderaron de manera generalizada.
Pese a que los sentimientos de incertidumbre fueron motivados por distintas circunstancias, dependiendo de la región, condición socieconómica, estado de salud y otros múltiples factores, los especialistas se concentraron en identificar cuáles eran las causas más importantes que los desencadenaron. Para ello, recurrieron a bases de datos abiertas y autorizadas, entre ellas; PubMed, Science Direct, Scopus, Google Scholar.
Los resultados indicaron que la primera causa de “coronofobia” -término acuñado durante el 2020- fue el temor, excesivo, de infectarse con Covid-19, al grado de registrarse intentos de suicidio. Dentro de los grupos de población más afectados por la incertidumbre se ubicaron mujeres, los adultos más jóvenes, personas divorciadas, los trabajadores de la salud, así como aquellas personas que ya contaban con problemas de salud mental previos.
Sin embargo, los estudiosos reconocieron que esto no significa que, necesariamente, sean los grupos de población más vulnerables emocionalmente ante los efectos de la enfermedad, sino que son aquellos que tienen más confianza de acercarse a los sistemas de salud a tratar los problemas de salud mental.
Otro de los hallazgos que llamó la atención de los investigadores fue este miedo no fue motivado sólo por los temores que se hacen presente de forma justificada, durante una pandemia, sino que fueron enardecidos por la desinformación que sobrecargó las redes sociales, donde se ha compartido la mayoría de datos equivocados o contradictorios. Del mismo modo, señalaron que los medios de comunicación fungieron un papel importante, a la hora de divulgar información falsa, pues ante el desconocimiento del SARS-Cov-2 se hizo pública mucha información que no era cierta.
Para los autores de la investigación, el miedo a contraer el Covid-19 deriva de otros temores que ya existían en torno a otras enfermedades, así fue como relacionaron este padecimiento con la “nosofobia”, que es cuando una persona teme o sospecha estar infectado por una enfermedad imaginaria, pues si bien, el coronavirus es un patógeno de alta transmisibilidad, especialmente mediante su nueva variante -ómicron- si la persona se protege de forma adecuada, con medidas como el uso adecuado de cubrebocas, guarda distancia social y se abstiene que asistir a lugares concurridos, las probabilidades de contraer la enfermedad se reducen considerablemente.
A la postre, los expertos reconocieron que las personas que padecen problemas de salud mental deben de protegerse, especialmente, de contraer el Covid-19, ya que esta enfermedad ha sido asociada al empeoramiento de respuestas emocionales, cognitivas y conductuales, lo que podría propiciar pensamientos suicidas o intentos de quitarse la vida. Mientras que la otra parte de la población podría desarrollar alteraciones en a la vida cotidiana, al padecer molestias gastrointestinales, pérdida del sueño, falta de ánimos para realizar consignas laborales o académicas y distanciamiento de los seres queridos.
Finalmente, los responsables del trabajo consideraron que la recolección de datos, relacionados con el miedo y el Covid-19, serán de ayuda para implementar planetas de ayuda efectivos que aborden de forma integral, los sentimientos generados por y durante la pandemia.