Ciudad de México.-
Dentro de un cuarto ubicado en la calle Dr. Enrique González Martínez, en la colonia Santa María La Ribera, alcaldía Cuauhtémoc, fue encontrado el cuerpo calcinado de María Teresa Gil, de 32 años, a quien sus vecinos y familiares le decían Marité.
El caso de esta mujer soltera y madre de un adolescente de 13 años es investigado por la Procuraduría capitalina como feminicidio, pues el peritaje concluyó que a Marité la golpearon y después incendiaron el lugar donde ella quedó tirada.
“Mi hija, en lo personal, no era violenta, no buscaba problemas, por qué le paso, no sé y me cuesta mucho trabajo entenderlo”, dice su padre Juan José Gil.
El señor Gil cuenta que aquél cuarto era usado desde hace tres años por la expareja sentimental de Marité, un hombre llamado Marco “N” y del que hasta ahora no han tenido información, por lo que consideran podría ser sospechoso.
El asesinato ocurrió alrededor de las cuatro de la mañana del 18 de diciembre. Juan José Gil detalla que su hija y su nieto vivían con ellos en un edificio ubicado justo enfrente del cuarto, es por eso que en las madrugadas Marité se despertaba y salía de casa para visitar a su entonces pareja y salir juntos hacia Avenida Paseo de la Reforma, pues ambos vendían periódico a partir de las 05:00 horas.
Ese día la madre soltera salió como otros días, pero “al poco rato me hablaron para decirme que había un incendio en el cuarto.
Fuimos, pero el incendio era tan grande que no me dejaron subir. Yo suponía que, como Marité y su novio se iban a trabajar a esa hora, pues seguía en su trabajo por Plaza de la República, donde le entregaban el periódico. Al llegar no la encontré, ni a él, por obvias razones regresé”, dice el padre.
De nuevo en el lugar del incendio Juan José se aferró a acercarse al cuarto consumido por las llamas. Ahí, le preguntó a un bombero “¿hombre o mujer?”, y el vulcano sólo le contestó “mujer”.
Aunque tuvo sospechas de que la fallecida era su hija, lo confirmó al ver en el cadáver una diadema de acrílico, un diente metido y un tatuaje recién hecho. Era Marité y de eso no había duda.
Este hombre que dedica sus días a hacer reparaciones eléctricas, asegura que los vecinos le dijeron que durante el incendio vieron al entonces novio de su hija en el lugar, pero que huyó y desde ese día no han tenido información sobre él.
Parece que ella llegó, los testigos dicen que al parecer hubo una discusión, pero como que fue muy rápida y después se prendió el cuarto. De un lado hubo un fuego muy intenso, y después cuando checamos la carpeta de investigación nos dimos cuenta que le avivaron el fuego… le echaron cosas encima”, cuenta el padre.
El feminicidio de la mujer no sólo cimbró tristeza, también dejó a un adolescente sin su madre y reabrió una herida de varios años en la familia Gil. Pues de acuerdo con Juan José, Marité tenía una hermana llamada Lupe que también fue asesinada hace 18 años durante una discusión vecinal.
Ahora, con un caso de asesinato más en su familia, Juan José pide justicia a las autoridades, a quienes les reprocha que el cuerpo de Marité se lo entregaron hasta después de tres semanas de que fue hallado.