Cd. de México.-
En Acapulco se viven días duros: la noche del viernes un empresario fue asesinado; el miércoles, un locutor; el lunes y el domingo mataron a un hombre e hirieron a cuatro en el Zócalo. Días atrás, esparcieron cuerpos desmembrados por las calles, mataron a cuatro mujeres e intentaron secuestrar a cinco y denunciaron una decena de desaparecidas. Los asesinatos contra las taxistas no paran, tampoco en las colonias, ni en la costera Miguel Alemán.
Los hechos de violencia en los últimos 10 días han sido duros y constantes. Hay miedo. En las redes sociales los mensajes de indignación y de miedo abundan. Los mismos acapulqueños se llaman a protegerse y denuncian la inacción gubernamental. Como un grito de desesperación surgió el hashtag #Nosestánmatando. En las calles, familiares de desaparecidos y de los asesinados han marchado sin encontrar respuestas.
El domingo 21 de octubre, uno de los días más concurridos en el zócalo, un grupo armado llegó y a un costado de la Catedral le disparó a un joven. Las balas lo dejaron herido, pero la ayuda llegó tarde. Murió.
Horas antes, a unas cuadras atacaron un despacho de abogados, cuando en las calles había transeúntes.
Al otro día, nuevamente al lado de la Catedral, hombres armados dispararon contra los comerciantes que vendían elotes, tacos, bolillos. Tres quedaron heridos y una persona más murió. Minutos antes, a kilómetros de ahí, en la avenida Ejido, una de las más transitadas, dejaron bolsas negras con restos humanos, y una cabeza, dos brazos y una pierna las tiraron sobre la vía. El hallazgo no detuvo el tráfico: los autos les pasaron por encima.
Respuesta a operativos. Toda esta violencia es considerada por la alcaldesa Adela Román Ocampo (Morena) como mensajes de las bandas delictivas por la intervención que hicieron fuerzas federales en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
El 25 de septiembre, elementos de la Marina, el Ejército, las policías Federal y Estatal tomaron la dependencia por estar presuntamente infiltrada por el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA). Detuvieron a dos mandos acusados de asesinato, detectaron que menos de 50% de los agentes están certificados y un faltante de 342 armas. Desde esa fecha, la seguridad quedó en manos de la Marina y la Policía Estatal.
Pero la violencia no se detuvo e, incluso, para algunos sectores se ha exacerbado. Sobre todo contra las mujeres, en una semana mataron a cuatro e intentaron secuestrar a cinco.
El pasado 12 de octubre asesinaron a tiros en la calle Solidaridad, en la colonia Progreso, a la médica de IMSS, Reyna Valenzo Pérez. A partir de este crimen se vivieron protestas para exigir justicia, pero también comenzaron a salir denuncias por la desaparición de otras.
El día 15 del mismo mes, en la colonia Bocana, cerca de la costera Miguel Alemán, fue encontrado el cuerpo de la profesora Itzel Vega Padilla, tenía ocho días reportada como desaparecida. Después, en la colonia Juan R. Escudero rafaguearon a una mujer que vendía bolillos. Quedó tendida bajo su canasto con pan. Fue trasladada al hospital, pero murió cuando recibía atención médica.
En el fraccionamiento Real Palmar fue encontrado en un fosa clandestina el cadáver de otra mujer, identificada como Alma Brisa González, una mesera de 37 años cuyos sus familiares la reportaron desaparecida desde el 12 de octubre. La última vez que la vieron fue en la colonia El Coloso, en la periferia. Su familia la identificó por un tatuaje.
En tanto, el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán, denunció que desde el lunes 15 al miércoles 18 de octubre hombres desconocidos intentaron secuestrar —en tres escuelas— a cinco estudiantes, todas mujeres.
En prevención, desde el lunes 22, los planteles de la UAGro en Acapulco son vigilados por el Ejército.
Pero en Acapulco siguen matando: la noche del miércoles 24 asesinaron a Gabriel Soriano Kuri, locutor y productor de Radio y Televisión de Guerrero (RTG), cuando regresaba de cubrir el informe regional del gobernador Héctor Astudillo Flores.
Por este crimen, trabajadores de RTG y reporteros protestaron, pero las autoridades no han dado resultados. Sólo dicen que lo mataron porque rebasó a un carro. Los acapulqueños, la comunidad cultural, los reporteros se indignaron. Aún no terminaba esa irritación, cuando la noche del viernes 26 comenzó otra: sujetos armados asesinaron al empresario César Zambrano, dueño de las tradicionales papelerías “El Partenón” y promotor cultural.
En medio del aumento de la violencia, en Acapulco los policías municipales vigilan las calles desarmados y será hasta noviembre cuando se nombre al titular de la Secretaría de Seguridad Pública municipal.