México, D.F.-
Réplicas intensas del sismo del pasado martes continuarán durante varias semanas y se percibirán en la ciudad de México e incluso podría haber nuevos temblores de magnitudes más elevadas, informó Víctor Hugo Espíndola, investigador del Servicio Sismológico Nacional (SSN), con base en estadísticas.
En entrevista, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también aseguró que los movimientos registrados esta semana, ocasionados por el choque de las placas tectónicas de Cocos y la Norteamericana, en el sur de México, no evitan que pueda presentarse un sismo de mayor magnitud.
“Se esperan todavía gran número de réplicas y pueden ser más o menos del mismo orden de la réplica de hoy (ayer jueves) en la mañana o pueden ser ligeramente más grandes”, dijo Espíndola, luego de que este jueves a las 10:46 horas, se registró una nueva réplica del sismo del pasado martes, de una magnitud de 5.0 grados en la escala de Richter, lo que provocó que en numerosos edificios de la capital, la gente volviera a evacuarlos con temor.
Explicó que las réplicas son movimientos naturales después de cualquier sismo y la magnitud está relacionada con la del sismo principal.
Dijo que si analizamos los catálogos de otros sismos fuertes, sus réplicas “son más o menos lo esperado”. En el 85 se generaron cientos de réplicas, porque se liberó mayor energía; “hubo réplicas de 6.0 y 6.5”.
Diferencia entre sismo y réplica
Aclaró que la diferencia entre ‘réplica’ y ‘sismo’ depende de la zona en la que se registre el nuevo movimiento telúrico, es decir, “se maneja el término réplica cuando ocurre dentro de la misma área en donde se rompió o que fracturó el sismo principal”.
“Un sismo principal no es sólo un punto, sino que es un área extensa de rompimiento o de fractura, pueden ser varios kilómetros. Cuando ocurre un sismo dentro de esa misma área, entonces se le llama réplica”.
Espíndola afirmó que al no presentarse el sismo del martes en la llamada Brecha de Guerrero, la posibilidad de un terremoto de gran intensidad proveniente de la franja entre Petatlán y Acapulco, sigue latente. “Su peligro sísmico es grande”, afirmó.
Descartó que a nivel geológico haya condiciones anormales para la ocurrencia de estos fenómenos, pues dijo que es común el movimiento de las placas tectónicas y que es normal que seguido de un sismo grande, las placas tectónicas tengan que relajarse y acomodarse.
La zona en la que se registró el sismo del martes no había tenido actividad desde 1996, cuando se registró un sismo de 7.1 grados, informó el especialista; en el 82, hubo uno de cerca de 7 y uno de los más fuertes fue en el 68, de 7.3 grados. “El de ahora es el más alto en un buen tiempo”.
El gran sismo
El Servicio Meteorológico Nacional señaló que el “sismo importante” para el que “debemos estar preparados” vendrá de la llamada Brecha de Guerrero, la cual no tiene actividad desde hace cien años.
Carlos Valdés, jefe del Sismológico, dependiente de la UNAM, indicó que el sismo del martes y las casi cien réplicas provienen de la zona de choque de las placas del Pacífico y la Norteamericana, también conocida como Placa de Cocos.
De esa zona se han desprendido los movimientos responsables de los sismos de 1985 que destruyó parte importante de la ciudad de México; el de 1957 que tiró el Ángel de la Independencia; el de 1979, que derrumbó la Universidad Iberoamericana; y éste que acaba de pasar.
Señaló que aun cuando a los ciudadanos no les gusta que se presenten estos fenómenos, es mejor que la energía acumulada se libere con sismos de intensidad moderada.
Reportes anteriores señalan que en 1899 y 1911 se habían presentado 4 sismos de magnitudes entre 7.5 y 7.7, y de presentarse ahora “pueden provocar problemas en la ciudad”.
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