México, D.F. / Junio 20.-
Andrés Manuel López Obrador podría ser expulsado del Partido de la Revolución Democrática, institución a la que llegó en 1989. Ha sido presidente nacional y candidato presidencial de ese partido, así como jefe de Gobierno durante su militancia.
Con este personaje, el sol azteca recibió el mayor número de votos en su historia, en la pasada elección presidencial del 2006: 18% más del promedio que recibió con Cuauhtémoc Cárdenas.
Sin embargo, ahora el ex jefe de Gobierno podría ser expulsado del partido, según el actual líder nacional, Jesús Ortega, quien dejó en claro que quien apoya a otro partido contrario al de la Revolución Democrática (PRD) debe ser expulsado.
Esto, derivado de la estrategia que El Peje planeó para delegados en Iztapalapa: apoyar al candidato del Partido del Trabajo (Rafael Acosta), quien en caso de ganar renunciaría para dejarle el cargo a Clara Brugada, a quien el Tribunal Electoral quitó la candidatura de delegada para dárselo a Silvia Oliva.
En los comicios intermedios de este sexenio, no es la primera ocasión que López Obrador promueve el voto por otros partidos. Incluso sacó una serie de spots bajo las insignias de Convergencia y del mismo PT.
La causa del “fuego amigo” entre el tabasqueño y la actual dirigencia perredista radica en el famoso “cochinero”, es decir, las elecciones internas para dirigencia en el PRD, pues el candidato del ex jefe de Gobierno era Alejandro Encinas, pero al final el Tribunal Electoral le dio el triunfo a sus contrincantes, Nueva Izquierda, al mando de Jesús Ortega.
Antes de esto, durante las precampañas de 2005 para elegir al candidato a la jefatura de gobierno por el PRD, el apoyo de Andrés Manuel fue decisivo para que Marcelo Ebrard superara a Jesús Ortega. Esta situación de algún modo marcó el curso de la relación para lo que vendría.
Desde el triunfo de Ortega, el cual por cierto se dio hasta después de varios meses de los comicios, López Obrador ha estado en la oposición al interior de su partido… y afuera.
Tras perder los comicios del 2006 con Felipe Calderón, el perredista se convirtió en la cabeza de grupos en contra del actual titular del Ejecutivo.
En el momento de saberse derrotado por la decisión del Tribunal, López Obrador decidió autonombrarse presidente legítimo de México, nombró un gabinete y encabezó así una serie de acciones en contra del gobierno en funciones de Felipe Calderón.
Desde la accidentada toma de protesta del michoacano en el palacio de San Lázaro, donde grupos pejistas tomaron la tribuna de San Lázaro pernoctando e incluso entre jaloneos durante el acto mismo, hasta la reciente denuncia a “la mafia”, Andrés Manuel ha movilizado a sus simpatizantes y ha expresado su desacuerdo con la actual administración.
En esa posición, López Obrador llamó a formar la Convención Nacional Democrática, donde rendiría un informe para sus seguidores. Dentro de esta estrategia, también formó el Movimiento Civil Pacífico, desde el cual llamó a oponerse a la reforma energética.
Mención aparte merece la toma de tribuna por más de 15 días que en 2008 realizaron legisladores fieles al Peje en el Senado, así como las manifestaciones en las calles que las “adelitas” realizaron a las afueras de la Casona de Xicontécatl por la reforma energética
Incluso, el retraso en la aprobación de dicha normatividad se debió a la petición perredista -proveniente del ex jefe de Gobierno- de hacer un serie de debates con especialistas en la materia.
Desde 2006, el perredista no ha tenido cargos públicos ni en la dirigencia de su partido, pero permanece influyendo en las decisiones de buena parte de la militancia del sol azteca.
En las precandidaturas, se dijo que Andrés Manuel podría ocupar una curul en San Lázaro, sin embargo, el mismo López Obrador lo negó, aunque ahora, a pesar del innegable peso político que conserva, queda en la incertidumbre su futuro en el perredismo.
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