México, D.F. / Dic. 20
Ingrid Betancourt se manifestó en contra de la aplicación de la pena de muerte a secuestradores, y aunque reconoció que durante los años de su cautiverio la idea resultó tentadora, es un hecho que no resuelve la impunidad y puede ser utilizado por las autoridades para “desaparecer” a los enemigos.
En su segundo día de visita en México, la mujer que fue rehén más de seis años de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ofreció una conferencia de prensa en la que reconoció que el tiempo que pasó secuestrada pensó en la pena capital para sus captores.
Ya que en México se está proponiendo la aplicación de la penal capital a secuestradores y el tema será discutido en comisiones de la Cámara de Diputados en los próximos meses; al respecto, la ex candidata a la presidencia de Colombia dijo que su reflexión la llevó a la convicción de rechazar la pena de muerte.
Reconoció que aunque como víctima esta sanción es “tentadora”, y su aplicación puede funcionar como catalizador social, “en general es peligrosa y no resuelve la impunidad”.
Descartó que esta medida sea viable sobre todo en los países de América Latina, donde existen sistemas políticos corruptos, ya que la pena de muerte podría ser utilizada para “desaparecer enemigos políticos”.
Adelantó que prepara una propuesta a nivel regional para el combate al secuestro y el crimen organizado, aunque no ofreció detalles, pero señaló que la fuerza que puede tener la unión de los presidentes latinoamericanos lograría acabar con estos flagelos.
Betancourt indicó que el diagnóstico es claro: “La injusticia social ligada a la corrupción e impunidad en nuestros países hacen que la política a veces no funcione en favor de los ciudadanos y propicie la proliferación del crimen organizado”.
Expuso su preocupación por los que calificó secuestros “extorsivos”, en los que las víctimas que eligen los delincuentes no siempre tienen recursos económicos y los casos concluyen con la muerte de los plagiados.
Lo grave, consideró, es que ahora el secuestro también es una forma de financiar las operaciones del narco y otros delitos.
A pesar de que durante los últimos cinco meses después de su liberación ha sido un signo en la lucha contra las FARC, anunció que se retirará un año de la escena pública, para fortalecerse, estar con su familia y escribir sus memorias.
Discussion about this post