San Felipe Orizatlán, Hgo. / Agosto 9.-
El XIV Festival de la Huasteca reconoció el valor social, cultural y alimenticio que tiene el zacahuil, con la realización de un taller para aprender a preparar este platillo considerado joya gastronómica que por generaciones ha dado indentidad a esta región.
El zacahuil es un tamal que puede llegar a medir hasta dos metros de largo; se prepara con una masa de maíz martajada, mezclada con chile ancho y relleno de carne de puerco y pollo. Es envuelto en hojas similares a las del plátano y es cocido por varias horas en un horno de leña.
Armando Herrera, investigador y especialista en temas regionales, recordó que hablar del zacahuil es referirse a un alimento con orígenes antiguos, que era utilizado para llevar a cabo toda una serie de rituales relacionados con la Tierra.
Por ello, comunidades de los seis estados de la huasteca conservan su preparación tradicional, a fin de que siga viva su parte de idiosincrasia.
Según Herrera, detrás de la preparación del zacahuil está todo el contexto histórico, social y cultural de una población, pues se trataba de un tamal que se usaba en ceremonias rituales y todo tipo de celebraciones sociales; incluso, para motivar la buena siembra se ofrecía un zacahuil y una danza.
“No sólo es un alimento que exige la ayuda de muchas personas para elaborarlo, sino también para degustarlo, ya que su tamaño invita a compartirlo con toda la familia, vecinos o conocidos. Por fortuna, en las comunidades indígenas todavía se hacen cosas para todos, como es el caso del zacahuil”, destacó.
Detrás de la elaboración de este tamal hay todo un proceso artesanal y Raquel Rubio Hernández abrió las puertas de su hogar en San Felipe Orizatlán para mostrar los secretos que hay detrás de este enorme tamal.
Primero se prepara una masa con una consistencia muy especial; es maíz ligeramente molido al que se le agrega sal, manteca y chile ancho molido. Tan pronto se bate, está lista para vaciarse sobre las enormes hojas parecidas a las del plátano (para cada zacahuil se requieren de dos docenas y medias de estas hojas).
Las familias que se dedican a la producción de este alimento construyen una especie de catre donde son colocadas las hojas para que la masa tome una forma cilíndrica luego de ser envuelta y apretada con lazos y alambres.
Previo a la envoltura, la carne de puerco y pollo crudas son colocadas sobre la mezcla, que al final las cubrirá en su totalidad. Tan pronto son amarrados estos tamales, son llevados al horno, donde permanecerán alrededor de 12 horas.
Una vez cocido, un zacahuil grande puede dejar satisfechas a unas 100 personas, lo que lo hace un alimento preciado por las comunidades donde todavía se produce.
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