Apodaca, N.L.-
Ante la masacre de 44 internos y la fuga de 29 reos, el Cereso de Apodaca se convirtió en un verdadero fortín tras elevar sus medidas de seguridad.
En la entrada de la prisión, autoridades de Nuevo León colocaron muros de concreto similares a los que se instalaron en el penal del Topo Chico el año pasado.
El muro de un metro de altura y tres de ancho, más la seguridad, está a cargo de Fuerza Civil y elementos estatales.
Familiares de internos están inconformes por el cateo que realizó la Policía Federal y Fuerza Civil el pasado lunes, en donde les quitaron radio y televisores.
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