Puebla, Pue. / Diciembre 26.-
La Navidad más triste se vivió en San Martín Texmelucan. Lejos quedó la imagen de las familias compartiendo una cena modesta, pero tranquila en casa.
La ilusión de los niños por montar las figuras del nacimiento o colgar las esferas del pino navideño se quedó sólo en eso.
Ni villancicos, ni luces de bengala, tampoco rezos al Niño Jesús. También este espíritu se esfumó junto con el río de fuego que la madrugada del domingo devastó 101 casas y ocasionó la muerte de 29 personas.
A cinco días de la explosión de un oleoducto de Pemex, los damnificados participaron ayer viernes de una cena organizada por el ayuntamiento local.
En el albergue habilitado en el Complejo Cultural de Texmelucan, elementos del Ejército mexicano repartieron en platos de unicel un menú distinto al de otros días.
Pechugas rellenas, espagueti, empanadas, frijoles, ensalada de manzana, refrescos de sabor y sidra integraron la sencilla cena que permitió que algunos aminoraran la tragedia.
“Es triste, más por nuestros hijos, no tendríamos por qué estar acá, pero así ocurrieron las cosas y pues aunque sea con esta comida celebraremos, lejos de nuestras casas y con la preocupación de perder nuestras pertenencias”, comenta una mujer mientras ayuda a su pequeño hijo a comer un poco de espagueti.
La mayoría de rostros lucían nostálgicos, las mujeres sobretodo eran quienes revelaban el agobio y el llanto de las últimas horas.
La inocencia de los niños siempre relució, incluso muchos de ellos sonrieron ante la cámara del reportero gráfico encantados con la idea de la ‘tradicional foto familiar’.
Para romper con la simpleza del lugar, algunos voluntarios llevaron macetas de Flor de Nochebuena como ornato para los tablones que funcionan como mesa.
Pese al trabajo de los militares y los ciudadanos que regalaron cobertores y despensas a los damnificados, la Noche Buena no perdió ese tinte gris para los texmeluquenses.
La señora Irene Hernández, una de las afectadas por la trágica explosión, prefirió hace días instalarse en la casa de su comadre que vive en el centro de Texmelucan.
“No es que nos traten mal en el albergue, porque sí dan los alimentos, pero no es nada cómodo estar ahí, eso recuerda más el infierno que se vivió en las casas, preferí llevarme a mis hijos para allá” comentó.
Según el Director Operativo de Protección Civil del estado de Puebla, Germán García Pajares, la demanda del albergue ha disminuido considerablemente.
Mientras el lunes 20 de diciembre se reportaron 145 personas -117 de ellos adultos entre hombres y mujeres además de 28 infantes- actualmente sólo se atienden a 36 personas con apoyo médico, psicológico, jurídico y alimenticio. Aunque algunas decenas de personas todavía acuden a recibir las distintas comidas del día.