Lagos de Montebello, Chis. / Oct. 4
Un enfrentamiento a tiros, machetazos y golpes entre oficiales de la policía estatal y campesinos de la comunidad Miguel Hidalgo, en el municipio de La Trinitaria, dejó un agente del Ministerio Público muerto y decenas de heridos, entre civiles, policías y funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil (SSPyPC).
Los hechos ocurrieron cuando la policía estatal realizó un operativo para liberar la zona arqueológica de Chinkultic, perteneciente al Parque Nacional Lagos de Montebello, en poder de labriegos desde el pasado 7 de septiembre.
Unos 250 agentes de la Policía Federal (PF), Agencia Federal de Investigación (AFI), Policía Ministerial y Policía Estatal Preventiva (PEP), en vehículos, a caballo y a pie, ingresaron a la comunidad, pero fueron recibidos por cientos de hombres y mujeres, que establecieron barricadas en las calles y la carretera federal.
El primer choque entre los habitantes de Miguel Hidalgo y los policías ocurrió hacia las 12:20 horas de este viernes, pero al paso de los minutos la situación se desbordó.
Los hombres y mujeres enfrentaron a los policías, con piedras, palos, machetes, varillas. Incluso, varios hombres accionaron fusiles Galil y rifles 22 desde el monte, sin que resultaran heridos policías.
Para rechazar a la policía, los habitantes convocaron a los ejidatarios que llegaran con sus armas de fuego al centro del poblado: “Se comunica a los ejidatarios que se presenten de manera urgente en el centro de Hidalgo y que por favor traigan sus pistolas y rifles”, aseguraba una mujer a través de un aparato de sonido.
Alrededor de las 15:00 horas, los mandos de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPyPC) que encabezaron el operativo fueron sometidos y detenidos en la casa ejidal de la comunidad, con varios agentes policíacos estatales. A varios policías fueron despojados de sus pistolas.
También sometieron a funcionarios del Ministerio de Justicia y a empellones los llevaron a la cárcel ejidal.
Las principales entradas y salidas al poblado fueron tomadas por los lugareños, que amenazaban con piedras y machetes a los uniformados y les recriminaban por el ingreso a la comunidad.
Otros con sus piedras procedieron a destruir los parabrisas de los vehículos, mientras que con sus machetes reventaron las llantas.
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