México, D.F.-
Las investigaciones sobre el asesinato de Julio César Mondragón, estudiante de Ayotzinapa que fue desollado y a quien le sacaron los ojos, no tienen ningún avance. A pesar de que la Fiscalía General de Guerrero le envió a la PGR un desglose desde el 10 de noviembre de 2014, nada se sabe hasta ahora de los responsables.
Miguel Ángel Godínez, fiscal del estado, aseguró que los policías detenidos por los hechos de Iguala no aceptaron haber participado en este crimen, incluso cuando fueron señalados por testigos.
Uno de ellos es Luis Francisco Martínez Díaz, ex policía municipal de dicho municipio, quien fue capturado el 25 de febrero pasado. El juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Federales de Tamaulipas giró la orden de aprehensión en su contra, responsabilizándolo directamente de este asesinato.
El hecho fue descartado por Cuitláhuac Mondragón, tío de Julio César. “Todo mundo sabe que no murió de un balazo, ni de heridas por arma blanca. Es ilógico que una sola persona le haya hecho eso. Necesariamente participaron varios”, expresó el familiar de la víctima.
Tampoco se ha logrado confirmar la versión de que el homicidio era un mensaje de “Guerreros Unidos” a “Los Rojos” para advertirles que “no se metieran en su territorio”.
Sus compañeros relataron que el joven de 22 años no se encontraba originalmente en los grupos que secuestraron autobuses con la intención de trasladarse a Iguala, el pasado 26 de septiembre.
“Él no fue con nosotros a la actividad, fue en apoyo después de la primera balacera. Cuando nos empiezan a atacar los policías municipales de Iguala, es cuando compañeros se comunican con los que estaban en la Normal y fueron a apoyarnos.
Ernesto Guerrero apuntó que los forenses les dijeron que el joven fue torturado y que, incluso, la quitaron la piel cuando aún estaba vivo.
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