Mérida, Yucatán.-
La muerte de cuatro bebés en el puerto de Progreso, todos asfixiados por sus padres en un periodo de 11 días, obligó a las autoridades locales a hacer un llamado a informarse sobre la maternidad y evitar dormir en el mismo sitio que el menor.
Ante esta inusual ola de decesos, la fiscal General del Estado, Celia María Rivas Rodríguez, exhortó a los padres, en especial a los padres adolescentes, a capacitares mejor para el cuidado del bebé y evitar dormir con ellos en espacios que puedan resultar mortales.
En tres de los “desafortunados casos” las madres son muy jovencitas y confirmando que cada uno de esos sucesos fue accidente, se les otorgó la libertad, explicó.
Sin embargo, insistió en que las jóvenes deben entender que ser madre es una gran responsabilidad y si tienen dudas, pueden ser capacitadas por personas con experiencia para el cuidado y protección del bebé.
En menos de dos semanas ya se registraron cuatro casos de homicidio imprudencial cometidos en contra de recién nacidos, quienes fallecieron por anoxia, es decir, falta de oxígeno al ser aplastado por sus progenitores, cuando ambos dormían.
El último caso fue de Candy Meredit Villalobos Peregrina, de 15 años de edad, quien en el interior de su hogar, se acostó a dormir junto con su pequeña de un mes de nacida, a quien colocó del otro lado de la hamaca.
Al despertar, se percató que la bebe no se movía y tenía el rostro morado, pues la aplastó con su cuerpo.
El primer caso se registró el 19 de febrero pasado, cuando Teresita de Jesús Puch Eb fue procesada por el delito de homicidio por culpa, considerado como no grave, acusada de asfixiar a su hijo mientras dormía.
La denuncia fue interpuesta por la autoridad ministerial y la mujer fue consignada al Juzgado Cuarto Penal, y finalmente, se le otorgó la libertad.
Posteriormente, en la madrugada del 22 de febrero, falleció Ángel Manuel Carrillo Crespo, de tan sólo dos meses de edad.
La mamá del recién fallecido, Mariángel del Carmen Crespo Caballero, reconoció que por accidente privó de la vida al menor de edad, por lo que fue puesta a disposición de las autoridades ministeriales, y estaba pendiente su posible transferencia al Centro de Reinserción Social Femenil (Ceresofe).
El tercer incidente se registró el 23 del mismo mes, cuando Carlos Carrillo Padilla se acostó a dormir con su hijo en una hamaca, poco después de la medianoche.
Al despertar, se percató que el bebé estaba boca abajo y no respiraba, por lo que lo trasladó a la Clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Progreso, pero ya había fallecido.
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