GUADALAJARA, JAL.- Hombres armados emboscaron la noche del jueves a un convoy de la Gendarmería en el oeste de México, desatando un enfrentamiento en el que murieron cinco uniformados, tres supuestos agresores y otras dos personas ajenas al choque, informaron el viernes autoridades.
“Se reporta el fallecimiento de cinco elementos de la División de Gendarmería de la Policía Federal y de tres civiles, cuyos cuerpos portaban fornituras con cartuchos y equipo táctico”, además del deceso de dos personas que al parecer eran ajenas al enfrentamiento, indicó la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) en un comunicado.
Otros ocho gendarmes resultaron heridos en la balacera ocurrida en el municipio de Ocotlán, uno de ellos de gravedad, agregó.
El choque se originó durante un patrullaje de siete unidades de la Gendarmería por el centro de Ocotlán, situado a 80 km de Guadalajara, cuando fueron atacados a tiros desde un vehículo.
“Al lugar se aproximaron otros individuos armados, a bordo de cuando menos una decena de vehículos, quienes también accionaron armas de alto calibre” contra los gendarmes, describió la CNS.
Los uniformados intentaron repeler el ataque detonando una balacera que se extendió por más de media hora en varias calles de este municipio de unos 93 mil habitantes, ubicado a 472 km de la capital mexicana.
Un mando de la Gendarmería desplegado en Jalisco dijo que los agentes estaban verificando un ataque previo a la policía local cuando fueron emboscados.
En el lugar fueron incautadas siete armas largas y cuatro granadas de fragmentación, además de cinco vehículos presuntamente empleados por los agresores.
Se trata del ataque más mortífero que ha sufrido la Gendarmería desde que fue lanzada el año pasado por el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) para proteger zonas y sectores económicos clave de la amenaza del crimen organizado.
“Hemos tenido lamentables bajas muy menores, de un elemento en algunos eventos”, pero nada como este ataque, dijo una fuente federal a la AFP.
REGION CALIENTE
La CNS no detalló qué grupo sería responsable del ataque pero en esa región, con costas sobre el océano Pacífico, opera el pujante cártel de Jalisco Nueva Generación.
Este cártel surgió hacia 2010 tras la muerte en un operativo militar del capo Ignacio Coronel Villarreal, alias “Nacho Coronel”, quien controlaba la región para el poderoso cártel de Sinaloa que lideraba Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En Jalisco se han perpetrado otros ataques contra autoridades en los últimos años. A finales de septiembre, un diputado federal del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue secuestrado en la autopista que conduce al aeropuerto de Guadalajara, la segunda mayor ciudad de México con unos 4.5 millones de habitantes en su área metropolitana.
El cadáver del diputado fue hallado calcinado en una región vecina. En marzo de 2013 también fue asesinado a balazos el secretario de Turismo de Jalisco.
Decenas de cadáveres han sido hallados en fosas clandestinas en la región en los últimos años, un método usado por los narcotraficantes para ocultar a sus víctimas.
El gobierno de Peña Nieto ha insistido en que la criminalidad se ha reducido en su mandato respecto al anterior, de su predecesor Felipe Calderón (2006-2012), quien lanzó en 2006 una ofensiva militar contra el narcotráfico que derivó en una ola de violencia con más de 100 mil asesinatos y desapariciones desde entonces.
Sin embargo, en el país siguen ocurriendo crímenes impactantes como la desaparición en septiembre de los 43 estudiantes de magisterio de Ayotzinapa que, según la fiscalía, acabaron siendo asesinados e incinerados por narcotraficantes coludidos con policías.
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