Cancún, Q.R.-
La decisión de la empresa Uber de suspender el servicio de la plataforma en Cancún llevó a más de 100 socios operadores a protestar este jueves en la zona turística de la ciudad.
Ciudadanos inscritos en la plataforma digital recorrieron la zona hotelera a bordo de más de 50 vehículos para exigir al Congreso de Quintana Roo y al gobierno estatal dar entrada a Uber en la Ley de Movilidad que discute la 15 Legislatura, sin los candados incluidos en el dictamen presentado en noviembre pasado.
Entre los requisitos que se pretende imponer a estas empresas se encuentra el que los autos utilizados para brindar sus servicios tengan una antigüedad máxima de cuatro años y un costo por vehículo de poco más de 200 mil pesos. También que el pago del servicio ocurra vía tarjeta de crédito y no en efectivo, modalidad utilizada en Cancún desde que Uber entró en operaciones en septiembre de 2016.
Los socios operadores señalaron que adquirieron autos modernos, muchos de ellos del año, pero cuyo costo es de 180 mil pesos, por lo cual quedarían fuera de circulación si se aprueban los candados previstos a la Ley de Movilidad.
En entrevista varios conductores coincidieron en que el gobierno del estado y el Congreso han puesto trabas para regularizar la operación de Uber por las presiones que sobre ellos ejercen los sindicatos de taxistas, responsables de organizar la “caza” de unidades, de agredir a operadores y de la destrucción de vehículos, en presunta complicidad, acusaron, con la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra).
La dependencia ha admitido que la multa más alta asciende a 60 mil pesos por unidad detenida y llevada al corralón, pero el cobro no lo hace Sintra, pues el conductor debe depositarlo en la Tesorería estatal.
La protesta de los socios operadores de Uber inició en la mañana con un plantón pacífico en el Monumento de las Estrellas y los Caracoles, en el primer cuadro de la ciudad. Con pancartas y a gritos los operadores exigieron al mandatario estatal acabar con el monopolio de los taxistas.
Después de dos horas el contingente caminó hacia la entrada de la zona hotelera, donde se detuvo a la altura de Plaza América, y a un costado colocó sus cartulinas en una barda blanca que hace meses fue utilizada por los afectados por el decomiso de las cajas de seguridad de la empresa First National Security.
Por la tarde, al bajar a la ciudad, llevaron su protesta al palacio municipal, en un intento por reclamar al alcalde, Remberto Estrada, el haber hecho modificaciones a la Ley de Tránsito del ayuntamiento para también detener las unidades de Uber.