Bruselas, Bélgica.-
La última cumbre europea del año concluyó con la aprobación del inicio de la segunda etapa del diálogo para la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).
“Los avances son suficientes para pasar a la segunda fase, relativa a la transición y al marco de la relación futura”, según las conclusiones del Consejo Europeo; sin embargo, los líderes comunitarios precisaron que las negociaciones sólo podrán avanzar en la medida que los compromisos asumidos sobre los derechos de los ciudadanos, la factura de salida y el problema fronterizo en Irlanda se plasmen en un texto legalmente vinculante.
El candado introducido en las conclusiones del Consejo fue en respuesta a las imprevistas declaraciones del secretario del Brexit, David Davis, quien describió el compromiso alcanzado la semana pasada (fundamental para avanzar en las pláticas) entre la premier Theresa May y la Comisión Europea como una “declaración de intenciones” y no un acuerdo vinculante.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, informó que una vez los jefes de Estado den el visto bueno, podrán comenzar las discusiones sobre el marco de asociación. Explicó que las negociaciones reales comenzarán en marzo, entre tanto, el Ejecutivo comunitario celebrará alrededor de seis seminarios para conocer las posiciones de los Estados miembros sobre el tipo de relación futura que quieren con Londres. El acuerdo de retirada, continuó, deberá estar listo en octubre, para dar paso a la ratificación por parte del Parlamento Europeo y el Parlamento británico. “Veo muy difícil [que se cumplan los calendarios]”, reconoció el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
La UE quiere que durante ese periodo los británicos sigan cumpliendo con sus obligaciones en materia de regulación, presupuesto, supervisión y justicia; pero dejarán de participar en las instituciones y en la toma de decisiones de los órganos.
Otro tema fue el migratorio. Tusk afirmó que el sistema de reparto de refugiados, al que se oponen Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia, “no es un método efectivo para frenar los flujos ilegales y restablecer el control de nuestras fronteras”.
Mencionó que el número de personas reubicadas bajo el instrumento corresponde sólo a 2% del número de solicitudes de asilo en total en la UE. El Comisario Europeo responsable de la cartera migratoria, Dimitris Avramópulos, calificó la posición de Tusk como “inaceptable” y “antieuropea”. “El reparto de refugiados ha sido un éxito”, dijo Juncker. Sin mencionar a ningún país, Juncker expresó su malestar por la falta de solidaridad y aseguró que el recibir unas cuantas personas no supone ninguna carga para la seguridad social.