México, D.F.-
A las 10 de la mañana del lunes, Isabel Segovia, elemento de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), custodiaba las inmediaciones del Metro Constitución. Era un día como cualquier otro, pero su rutina cambió cuando recibió una llamada a su celular: “¿Cuál es su ubicación?”, dijo la voz en el teléfono. Era el encargado del turno, el sargento primero Víctor Acuña. “Estamos en los andenes”, contestaron Isabel y Efraín Bautista, policía segundo.
“Muévanse a los baños de mujeres que encontraron un feto”, fue la orden. Isabel corrió hasta llegar al lugar. “Para mi sorpresa no encontré un feto, sino un recién nacido que estaba adentro del excusado del baño”, comentó.
Al ingresar al baño de damas, Isabel escuchó el llanto de un bebé: “Parecía que se quería ahogar. Estaba en el último baño y para mí fue sorprendente verlo dentro de la tasa del baño”, recordó. El pequeño estaba desnudo y boca abajo, aún tenía el cordón umbilical y la placenta.
“Lo primero que hice fue quitarme el chaleco y sacar unos guantes, me los puse y coloqué al bebé de lado para amarrar el cordón umbilical. Me cambié los guantes y con ayuda de una persona de vigilancia del Metro sacamos al bebé”, relató.
Al no tener cobijas dónde colocar al menor, Isabel se preparaba a quitarse su camisa. Por suerte, Ulises consiguió una frazada y pudieron cubrirlo del frío.
“Me preocupaba hacerle bien el nudo del cordón, así que lo llevé al área de lavabos y lo empecé a revisar. Después lo tapé, le saqué las flemas de la boca y el líquido de su nariz. Cuando llegó la ambulancia nos dijeron que era una niña y los paramédicos me felicitaron porque lo que hice le salvó la vida”, mencionó la uniformada.
Poco menos de tres minutos tardó Isabel en realizar las maniobras para rescatar a la bebé.
Efraín, mientras tanto, localizó gotas de sangre afuera del baño y comenzó a perseguirlas, pero como pasa mucha gente por el lugar les perdió el rastro.
“En ese momento no encontramos a la madre, después nos enteramos que una mujer de 16 años llegó a un hospital a causa de una hemorragia, que supuestamente sufrió por su menstruación; sin embargo, terminó confesando que se alivió en el Metro y que allí abandonó a su bebé”, dijo la policía bancaria.
“Fue instinto maternal”. A sus 39 años de edad, Isabel es abuela de cuatro pequeños y al ver a la bebé al borde de la muerte pensó, inevitablemente, en sus nietos.
“Fue instinto maternal sentir y pensar en cómo es posible que una persona deje a un bebé ahí, de esa manera. Me dio mucho coraje y sentimiento”, expresó.
Isabel también fue madre a los 16 años y aunque no fue fácil, recuerda, aceptó su responsabilidad. Por ello, pide a las adolescentes que tomen las medidas necesarias para evitar un embarazo no deseado y asuman su responsabilidad, porque un hijo es una bendición de Dios.
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