Monterrey, NL.-
La Universidad Ciudadana de Nuevo León (UCNL) arrancó oficialmente clases este día con el corte del listón del gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, en el patio central del Palacio de Cantera.
La nueva plataforma educativa, que suple el controversial programa en línea “Se Educa” de la pasada administración estatal, consiste en brindar educación de bachillerato, superior y posgrado vía Internet a estudiantes de escasos recursos.
La meta del gobierno es ampliar la cobertura de bachilleres a más del 70 por ciento de los jóvenes en la entidad, en donde actualmente 180 mil acuden a la preparatoria.
“La idea es que no haya ningún joven en el estado de Nuevo León que se quede sin estudiar la preparatoria. Nosotros queremos invertir en las nuevas generaciones”, mencionó el mandatario estatal.
Al arranque de la Universidad Ciudadana hay 7 mil 906 estudiantes registrados: 2 mil 607 en bachillerato, 4 mil 376 en Licenciatura y 923 en maestría.
Se espera que en 2017 se llegue a 12 mil alumnos inscritos.
Aunque la Universidad se maneja vía Internet principalmente, cuenta con 80 centros de apoyo a donde los estudiantes podrán acudir en caso de requerirlo.
De lo anterior: 33 son áreas comunitarias de la Secretaría de Desarrollo Social, 31 centros educativos como Conalep, Universidades Tecnológicas, la Politécnica y el INEA y 16 centros municipales.
La UCNL tendrá cobertura en los 51 municipios del estado y presencia física en más de 30.
El inicio de clases de preparatoria fue el 5 de septiembre, mientras que las Licenciaturas comenzarán el 17 de octubre y los postrados el 19 de septiembre.
“El Bronco” indicó que la educación será completamente gratuita y sólo se pedirá trabajo voluntario de cuatro horas al mes a los beneficiados.
Agregó que con el nuevo modelo educativo el Estado invertirá 20 millones de pesos por año, lo que se traduce a 220 millones de pesos de ahorro en comparación con el sistema anterior.
Tras su llegada a la gubernatura, Rodríguez Calderón canceló el programa “Se Educa” de la administración de Rodrigo Medina de la Cruz, que le costaba al erario 300 millones de pesos anuales.