Monterrey, N.L.- Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, gobernador de Nuevo León, asegura que magistrados le dejaron una “bomba de tiempo” en el penal de Topo Chico, pues, a través de amparos, permitieron mezclar a delincuentes rivales como Jesús Iván Hernández, “El Credo”, y Juan Pedro Saldívar, “El Z-27”, en una prisión que no es de alta seguridad.
En entrevista con EL UNIVERSAL adelanta que cerrará el penal de Topo Chico —donde el jueves pasado murieron 49 internos— como planteó desde su campaña, y abrirá un nuevo penal a las afueras de Monterrey, que prevé para este año.
El costo rondará los 5 mil millones de pesos y para financiarlo ve como alternativa vender propiedades del gobierno de Nuevo León o que se las tomen a cambio.
Señala que el proyecto lo planteó a la Segob desde octubre, cuando tomó protesta como gobernador, pero no se pudo incluir en el presupuesto.
Detalla que la noche del enfrentamiento estaba en la Ciudad de México en reuniones para buscar más recursos, pero asegura que siempre estuvo al tanto de la situación.
Dice que sabía las condiciones de los penales, pero “no podían resolverlo de la noche a la mañana”, porque ni siquiera tenía las herramientas, pues, argumenta, no hay recursos.
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