Monterrey, NL.-
Motivada por la impotencia de no poder estar físicamente apoyando a los afectados del sismo que azotó el centro y sur de México el pasado 19 de septiembre, Jade Montenegro, estudiante de Diseño Textil y Modas de la Universidad de Monterrey, creó un chaleco especial para ser utilizado en las labores de búsqueda nocturna en las zonas afectadas por el terremoto.
Aunque la idea surgió de una diseñadora de la Ciudad de México llamada Lety Urribati, la estudiante de Monterrey retomó el concepto y con ayuda de su mejor amigo -Ulises- y un ingeniero en mecatrónica, lo hizo más eficiente y seguro.
“Empecé a compartir el proyecto de la diseñadora y cuando mi amigo Ulises lo vió, me preguntó que ocupaba para llevarlo a cabo; enseguida conseguimos la colaboración de un ingeniero en mecatrónica quien nos explicó que la idea funcionaba mejor con luces LED y hacía más cómo y seguro el chaleco”, platicó.
Inmediatamente la Universidad de Monterrey se sumó al proyecto y en primera instancia donó 27 chalecos.
Alumnos, ex alumnos, maestros y otros colaboradores se encargaron de conseguir recursos para la compra de las luces y otros materiales empleados en la elaboración del chaleco de búsqueda.
Los emprendedores también diseñaron botas especiales para los binomios que ayudan en la localización de personas.
Ayer por la tarde enviaron los primeros 27 chalecos y 40 pares de botas para los canes.
Debido a la buena respuesta y a la ayuda que siguió a través de redes sociales, la UDEM donó otros 200 chalecos para que fueran adecuados.
“En total enviaremos 227 chalecos y 100 pares de botas”, detalló la estudiante de modas con el cansancio reflejado en el rostro pero con el espíritu de ayuda que no la deja tirar la toalla, pues hoy por la mañana apenas si durmió un par de horas y seguirá trabajando a marchas forzadas durante la madrugada de este sábado junto a sus compañeros.
“La verdad es algo que me llena de orgullo y felicidad, porque después de la tragedia -aunque tenía posibilidad de dormir- no podía descansar por estar pensando en el sufrimiento de las personas.
Con este granito de arena estoy segura que cambio mi entorno y ayudo a quien más lo necesita”, expresó.
Por último agradeció a todas las personas que confiaron en ella y a la Universidad de Monterrey por la formación humana que les inculca desde el inicio de sus carreras.