Faltaban algunos minutos para que se acabara la caótica y vergonzosa semifinal de la Liga de las Naciones en Las Vegas y el árbitro salvadoreño Iván Barton suspendió el juego en cumplimiento al protocolo establecido para erradicar gritos discriminatorios en partidos de futbol.
El reporte postpartido de la Concacaf indica que un número no especificado de asistentes fueron expulsados del estadio por su comportamiento “inaceptable” en la goleada de Estados Unidos al mediocre equipo mexicano.
En un ambiente tan polarizado y violento en el que se vive, hacen bien la FIFA y sus confederaciones en haber establecido medidas que castiguen a esos inadaptados que se ocultan entre miles para atacar al que viste una playera diferente. La intolerancia no tiene lugar en ningún lado y debe ser combatida con dureza.
Lastimosamente, quizá sea esta la primera vez en la historia deportiva de la región que lo que pasó ayer en la cancha entre mexicanos y estadounidenses bien valió la pena que se les gritara “puto”.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, existen tres formas en las que esta palabra, como adjetivo, se puede utilizar correctamente: como una calificación denigratoria, para ponderar, y para enfatizar la ausencia o escasez de algo. También existen dos formas malsonantes -groseras, insultantes- en las que se aplica, y que en la generalidad son las más conocidas e identificadas como discriminatorias o incluso homofóbicas.
En Las Vegas, al equipo mexicano y su entrenador les dieron una p…a exhibida. Desde lo táctico hasta lo técnico, y ni que decir de lo físico, los estadounidenses con su selección parchada y su director interino les pasaron por encima a los que se supone son los mejores, los europeos y las figuras mundialistas.
Que p…a engañada nos han dado los federativos, viejos y nuevos, al vender humo y hacer creer que el cambio de generación y el proyecto de refundación después de Qatar iba en serio, cuando tuvieron al representante del entrenador y varios jugadores sentado en el palco de honor, codo a codo con dueños y dirigentes.
Para completar el papelón, que p…a falta de inteligencia exhibieron los jugadores de los dos equipos al reventarse a patadas cuando por el lado azteca ya se sintieron bailados, y por el lado gringo cuando ya se sintieron ganadores. Y a la afición pues ni como defenderlos. Los paisas cargan una losa de ausencia, racismo, sacrificio y patriotismo que sueltan encervezados en un estadio donde para ellos se juega el orgullo, que cuando se les mancilla tan feo como en Las Vegas, descargan su coraje como pueden y hasta donde los dejan. Que p..a vergüenza que así le sigan abonando a los estereotipos raciales.
Por cómo se jugó y se perdió, por cómo se sigue manejando el futbol en México y por cómo se comportaron seleccionados y asistentes, la noche del jueves en Las Vegas fue un p…o fracaso para todos los que participaron en ella.
Lo más triste es no existe la mínima voluntad de cambio. Mientras la bolsa se siga llenando, estos p…s ambiciosos y pusilánimes dueños no harán nada para evitar que la gritadera siga.
Que p..a frustración.
Horacio Nájera es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UANL y maestrías en las Universidades de Toronto y York. Acumula 30 años de experiencia en periodismo, ha sido premiado en Estados Unidos y Canadá y es coautor de cuatro libros.