Monterrey. N.L.-
Se dice que cuando uno muere es una cesación o término de la vida. Pero para cualquiera, morir es terminar la vida terrena, donde el alma abandona su cuerpo para regresar a la fuente de la vida que es Dios.
Aunque para una gran cantidad de personas, la muerte no sólo es un paso más que se da después de la vida, sino que ven en ella a alguien a quien pueden idolatrar o llegar a sentir devoción. Pero ¿qué es la Santa Muerte? ¿desde cuándo surge?,¿quiénes son sus seguidores?
Acorde con el padre Salomón, de la Iglesia Espíritu Santo, ubicada en el municipio de San Nicolás de los Garza, la muerte existe, debido a que “es un paso que se da para dejar de existir en la cuestión física de este mundo. Nosotros espiritualmente y cristianamente hablando, sabemos que la muerte para nosotros es un paso de una vida terrenal a una vida celestial; esa es nuestra fe, siendo que todos aspiramos a la vida eterna”.
¿Desde cuándo surge la devoción hacia la Santa Muerte?
De acuerdo a una página de internet titulada la Red de la Santa Muerte, puedo decir que el culto o la adoración a la muerte existe en México desde hace más de tres mil años. Como lo comenta la ministro de la Iglesia Espíritu Santo, Flor Hernández, “la devoción a la muerte, en la cultura de nuestros antepasados ya existía, así como también la adoración al sol, la luna, etcétera, pero con la llegada de los españoles y de la religión católica, fue casi erradicada”.
Es por eso que los antiguos pobladores concebían a la muerte como algo necesario y que le ocurre a todos los seres en la naturaleza. Se comenzó a representar a la vida y la muerte en figuras humanas descarnadas por la mitad.
Estas imágenes simbolizaban la dualidad entre lo vivo y la muerte, lo que se lleva dentro y fuera, entre otras cosas.
Es entonces cuando comienza un culto a la muerte que se extiende por todos los rincones del México antiguo, pero las tribus más devotas fueron los mexicas o aztecas, de acuerdo al sitio web de la Santa Muerte.
En la actualidad hay un campo cultural que constituye un verdadero desafío para la iglesia y para los católicos: las sectas y los así llamados “nuevos movimientos religiosos”. Uno de estos nuevos movimientos también denominado como secta, es la Santa Muerte, el cual “su éxito se debe frecuentemente a aspiraciones insatisfechas” (Robles, 2006).
En donde muchas personas “encuentran en ellas un lugar de pertenencia y de comunicación, de afecto y de fraternidad, incluso una aparente protección y seguridad” (2006).
De acuerdo al libro Jesucristo: Camino, Verdad y Vida, escrito por el monseñor Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Monterrey, las sectas se desarrollan gracias a sus pretendidas respuestas a las necesidades de personas en busca de sanación, de éxito económico, de un fuerte sentido de pertenencia e identificación o de otras metas humanas.
Es por eso que los que practican culto a la llamada Santa Muerte lo hacen porque, supuestamente, a “ella” se le puede pedir de todo: hay gente que pide favores o milagros para tener trabajo, salud o comida, pero también hay personas que piden poder económico, político o criminal.
Y hay quienes, curiosamente, le solicitan venganza o muertes, además de éxito en sus actividades ilícitas. Esto de acuerdo a una carta membretada de la Parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, ubicada en el municipio de San Nicolás de los Garza, Nuevo León.
¿Es correcto venerar a la Santa Muerte?
El padre Salomón, de la Iglesia Espíritu Santo, dice que “no podemos decir que la muerte es santa, porque para llegar a serlo, se necesita pasar por todo un proceso e investigación por parte de la Iglesia Católica”. Es por eso que no es correcto para un auténtico católico, no es correcto venerar o dar culto a la así llamada Santa Muerte.
En efecto, la Iglesia Católica no aprueba la veneración a la Santa Muerte, pues este tipo de culto es idolatría y superstición. Se sabe que todo ser humano tiene necesidades, entre ellas están las espirituales y se busca de alguna manera u otra satisfacerlas, pero en ocasiones se va por el lado equivocado. Esto ocurre, porque nos dejamos llevar por teorías o creencias que no son apropiadas y el ser humano normalmente está en una búsqueda para solucionar sus problemas.
“Yo no creo que así se solucionen sus problemas, aunque ahí se les dice que si se los solucionan. El que soluciona los problemas es Dios y es él a quien debemos de buscarlo o sentir devoción”, explicó padre de la Iglesia Espíritu Santo.
Acorde a la carta membretada por parte de la Parroquia San Juan de los Lagos, conviene señalar que los católicos que rinden culto a la Santa Muerte y a sus imágenes, están haciendo un pecado gravísimo, pues le están atribuyendo poderes que no tiene ni tendrá jamás.
Al igual que el padre Salomón, el párroco Alejandro Leal, perteneciente a dicha iglesia, comenta que la Iglesia Católica no ve correcto la devoción a la Santa Muerte, debido a que no es una religión aceptada por la iglesia.
“Además de que no es nada aceptado, no se puede definir como secta o movimiento religioso, porque no tiene un compromiso de comunidad, sino algo personal de superstición, de sortilegio, en donde es más visto como un negocio personal, con lo que yo quiere conseguir o necesito; y todo lo que tenga que ver con la superstición no es aceptado por Dios”.
De acuerdo con el párroco Alejandro Leal Alejos, la muerte es un encuentro de misericordia de Dios con el hombre. Mientras que la Santa Muerte es un rito y una religiosidad que ha surgido a raíz de las cuestiones sociales, no es una promoción eclesial, no es tampoco una institución, simplemente es una religiosidad popular que se ha ido encaminando hacia un estilo de expresión de religiosidad, no puede ser llamada religión por qué no lo es.
¿Quiénes tienden a ser sus seguidores y por qué llegan a serlo?
Como seres materiales, primordialmente nos ocupamos de cubrir las necesidades de nuestro cuerpo, como el alimento y el vestido, pero muy poco nos ocupamos de alimentar nuestro espíritu. Nos olvidamos que somos seres espirituales que recibimos vida de Dios y que él es nuestra meta.
El alma necesita a Dios, donde sabe que serán amados, esperar ser aceptados y finalmente perdonados. Pero como ya se dijo anteriormente, en la actualidad, hay sectas o nuevos movimientos religiosos, por llamarlos de alguna manera, como es la Santa Muerte.
Es donde este “es un rito y una religiosidad que surge a raíz de las cuestiones sociales. No es una institución, sino un encaminamiento hacia un estilo de expresión de religiosidad, pero no es llamada religión porque no lo es”, fueron las palabras del párroco Alejandro Leal.
Este movimiento espiritual, surge lejos de la iglesia católica, aunque se considera que es parte de la misma debido a su apocope de santa por la palabra ‘muerte’, esto trae como consecuencia el hecho de que se acentúe y acepte por las personas, debido a que es un gancho hacia la misma, que lo hacen ser visto como correcto, cuando en realidad es un trasfondo, es decir, es el mal bajo la apariencia del bien. Es por eso que este movimiento social tiene su estilo y forma de ser.
“La Santa Muerte es conocida como un culto de rápido crecimiento en México, particularmente en el Barrio de Tepito, donde el principal altar se encuentra en Alfarería Norte de Mineros” (Noble, 2008).
Este es un claro ejemplo de que esta devoción nace en los sectores más marginados de nuestra sociedad, en donde es más achacado a un entorno de marginación social, pobreza y delincuencias.
Como sociedad comunista y egoísta, nos acostumbramos a vivir en nuestro mundo sin mirar las necesidades de los demás, tal vez, uno no conoce bien a los vecinos y tal vez no nos ocupamos tanto de la familia y a lo mejor, al ver personas necesitadas en algún lado hemos aprendido a calmar nuestra conciencia dándoles una moneda; pero en realidad no los escuchamos ni conocemos su necesidades.
En ocasiones, algunos de ellos nos engañan y se ven involucrados en actividades no aceptadas en nuestra sociedad. Esto es porque necesitan a Dios, pero saben que si se acercan a la iglesia, escucharía que existen los mandamientos, así como los mandamientos de la Iglesia y algunos sabrían que no los están cumpliendo, al igual que muchos de nosotros.
Por lo anterior y de acuerdo con Flor Hernández, ministro de la Iglesia Espíritu Santo “la gente que es practicante de la Santa Muerte, crece en una sociedad como la nuestra pero que al mismo tiempo carece de valores, de la cual creo que muchos somos responsables”.
El Padre Salomón, perteneciente a esta Iglesia, coincide en que: “la gente creyente de este movimiento busca a Dios, pero tiene miedo de llegar directamente a él. Es por eso que buscan otra alternativa”, debido a que esta es una devoción no aceptada por la fe de nuestra religión”
¿Qué es lo que se tiende a pedir y ofrecer a la Santa Muerte?
Las personas practicantes son “personas ‘heridas’ por la vida o menospreciadas experimentan dolorosamente la exclusión, especialmente en el anonimato característico de la cultura urbana y están dispuestas a aceptar todo con tal de obtener una visión espiritual que les restituya la armonía perdida y les lleve a experimentar una sensación de curación física y espiritual” (Robles, 2006).
“Este tipo de rito, causa conflicto, debido al alto parecido que se tiene con la religiosidad popular Católica, debido a que se le rezan rosarios, encienden veladoras, hacen procesiones, entre otras cosas. Y en cierta forma llamarle ‘santa’ es hablar de que es algo bueno, y hace que se relacione con la Iglesia cuando en realidad no lo es”, fueron las palabras del Párroco Alejandro Leal.
Mientras que Michelle, un creyente o devoto de este movimiento, afirma que “a la ‘Santa’ se le lleva cigarros, puros, cabellos de la misma persona creyente, mariachis en vivo, entre otras cosas, como petición o forma de agradecimiento dependiendo cual sea el caso”
¿Qué es lo que se hace para contrarrestarlo?
Para contrarrestar este movimiento cultural en específico, “tenemos que fortalecer la vida espiritual, especialmente a través de la oración, la vivencia de la caridad, la liturgia, la vivencia profunda de los sacramentos. Tenemos que trabajar pastoralmente de un modo mucho más personalizado, cercano y, al mismo tiempo, profundo” (Robles, 2006). Tanto el padre Salomón como el padre Alejandro, coinciden en que la Iglesia Católica no niega el perdón a nadie, y este, menos se le negará si realmente la persona se arrepiente de corazón, después de haber sido devoto o creyente de este movimiento.
El trabajo de la iglesia es encaminar y ayudar a las personas, ya que si estos quieren cambiar su forma de pensar o están arrepentidos, esta está para servir a la sociedad en general.
Redactó Myriam Alexandra Tamez, alumna de comunicación del Tec de Monterrey.-
FUENTES
– Noble, J. (2008). México. China: Lonely Planet.
– Red Santa Muerte. (2009). Altar Capilla. Obtenido en Noviembre 20, 2009. De http://santamuerte.galeon.com/album470269.html.
– Robles, F. (2006). Jesucristo: camino, verdad y vida. México: Comunicado el evangelio.
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