Reynosa, Tam./MEDIA HORA.- Durante ocho horas, un equipo de médicos y enfermeras de la Unidad de Ciudadanos Intensivos Neonatales del Hospital General de Zona Número 15 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sostuvieron, y perdieron, una verdadera batalla con la muerte para intentar arrebatarle de sus garras a Brendita, la bebé de 25 semanas de gestación que tuvo que nacer por cesárea después de que su mamá falleciera en una balacera.
Esta increíble y triste historia inició a las 19:00 horas del 25 de septiembre, cuando Brenda Marlen Hernández Razo, con 25 semanas de embarazo, fue alcanzada en la cabeza por un proyectil disparado en un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y hombres armados en el centro de Reynosa, a unos pasos del Mercado Guadalupano.
De inmediato Brenda Marlen, su madre y otra joven quien también resultó lesionada en el fuego cruzado, fueron trasladadas al Hospital del IMSS para recibir atención.
Los médicos reportaron que la mamá de Brenda Marlen registraba una herida de bala en la región dorsal izquierda, mientras que la otra joven, de quien sólo se informó que cuenta con 25 años contaba con una herida en la región lumbar que no pone en riesgo su vida.
De hecho Brenda Marlen era la más delicada de salud, pues el disparo que recibió en la cabeza terminó con su vida en el trayecto al hospital.
Fue por ello que los esfuerzos de médicos para salvarle la vida fueron inútiles, por lo que los doctores tuvieron que tomar la difícil decisión de practicarle una cesárea para salvar la vida de la criatura que llevaba en su interior.
El procedimiento quirúrgico fue exitoso, por lo que a las 19:30 horas se reportó el nacimiento de una niña de 25 semanas de gestación, con un tamaño de 30 centímetros y 600 gramos de peso, quien de inmediato fue conectada a una incubadora especial.
José Timoteo Leyva Silva, director del Hospital General de Zona Número 15 del IMSS, informó que bebé estuvo conectada a un tubo especial que iba directo a su estómago para alimentarla, además de otras sondas que le ayudaban a respirar.
Reveló que el equipo médico estuvo monitoreando continuamente su respiración además de que le aplicaron líquidos y antibióticos con lo que esperaban fortalecer su frágil cuerpo.
El médico reconoció que las probabilidades de que la bebé sobreviviera eran pocas debido a que sus órganos no estaban desarrollados al cien por ciento.
Es por ello que alrededor de las 15:30 horas, ocho horas después de haber llegado al mundo, la pequeña perdió la vida.
PARA VER LA NOTA ORIGINAL
http://horacero.com.mx/noticia/?id=NHCVL141042
Dos horas después del deceso, los restos de la pequeña fueron entregados a su padre, quien apenas unas horas antes había sepultado a su esposa.
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