REYNOSA, TAM.- Los alumnos del jardín de niños Emilio Portes Gil de la colonia Marte R. Gómez en Reynosa no tuvieron clases, debido a que la tormenta del pasado viernes dejó inundada la institución.
Para poder trasladarse de un aula a otra las autoridades educativas colocaron unos bloques para caminar entre el agua, que está por encima de los 10 centímetros.
En las paredes de las instalaciones se puede notar la marca del nivel que alcanzó el agua el día en que se presentó la descomunal precipitación pluvial.
El jardín de niños tiene una población estudiantil de 150 alumnos, de los cuales sólo 37 se presentaron ayer, pero sus padres firmaron una lista de asistencia para poder llevárselos a casa, ya que temían que sus hijos tuvieran un accidente.
Guadalupe Pérez, una de las madres de familia señaló que la escuela ha tenido este problema desde hace varios años, pero nunca se ha obtenido respuesta a su llamado para solicitar una solución.
“Este jardín de niños está en pésimas condiciones por el agua estancada que hay, la semana pasada se vio el mismo problema y las mamás optaron por llevarse sus niños porque igual las maestras y la directora aquí están disponibles desde muy temprano, pero es imposible que se impartan clases”, expresó.
La vecina Guadalupe mencionó que el día de ayer la directora del kínder, María Cristina Puente Ruiz y el comité de padres de familia, visitaron la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) para que los ayudaran a desaguar la escuela.
“La semana pasada solamente hubo clases dos días por este problema y regresamos ayer lunes, pero seguimos con la misma situación, por eso se le está pidiendo ayuda a Comapa y al municipio que por lo menos venga con una bomba para desahogar el agua pero hasta el momento no han atendido nuestra petición y los niños se están quedando sin clases y pienso que esa es su prioridad que nos ayuden”, señaló.
La madre de familia dijo que desafortunadamente el agua entró hasta los salones de la escuela que se localiza en la carretera a San Fernando y provocó que algunos aparatos electrónicos dejaran de funcionar, como es el caso del refrigerador de la cocina, ya que esta es una escuela de tiempo completo.
“Lamentablemente la cocina se nos mojó, lo que teníamos en la alacena y los refrigeradores se echó a perder, porque el agua se nos metió y adentro de la cocina andaban ‘nadando’ los objetos en el agua.
“Ya el conserje ayudó con la limpieza pero todavía hay agua, lodo y un olor horrible, así que obviamente así no se les puede dar de comer a los niños”, afirmó.
Agregó que en años anteriores se ha levantado el piso para no encharcarse, pero el agua continua metiéndose, incluso hasta después de poner unas bardas en las puertas de los salones de clases.