REYNOSA, TAM.- La tromba que azotó Reynosa el día de ayer dejó a cientos de personas damnificadas pues el agua entró a sus casas y destruyó todo.
Entre ellas se encuentra Isabel Alvarez Hernández, residente de la colonia Riberas de Rancho Grande, quien ya sabe lo que es el dolor de perder todo una inundación.
Ella había vivido cinco años de tranquilidad, en una especie de tregua con el dren de Las Mujeres ubicado a un par de cuadras de su domicilio ubicado en la calle Ribera del Rocío número 404 de la colonia Riberas de Rancho Grande.
Cinco años habían pasado desde que este cuerpo de agua no invadía la humilde vivienda de Isabel, misma que comparte con otras diez personas entre las que se encuentran sus padres y sus abuelos.
Sin embargo ayer, tras dos horas de lluvia, las cosas cambiaron. El dren decidió romper el tratado de paz y hoy Isabel llora por haber perdido la mayor parte de sus pocas pertenencias.
Desolada, la mujer no puede evitar llorar a cántaros al observar su cama, muebles, ropa, aparatos eléctricos y recuerdos de toda una vida mojados, echados a perder.
“Todo se va a echar a perder, todas mis pertenencias, mi vida completa. Todo se quedó aquí y tener que volver a empezar otra vez no sé si sea posible”, aseguró.
Hoy que Reynosa vive tiempos de campaña, Isabel no pide, exige, que los candidatos y autoridades municipales acudan a visitar su casa para otorgarles la ayuda que siempre les han prometido.
“Siempre prometen y prometen y nunca cumplen las cosas, es necesario que hagan algo, porque no es posible que sigamos viviendo así las personas humildes, las que sí necesitamos, porque no sabemos si podemos volver a empezar”, sentenció.
Sin embargo esta mujer no pretende quedarse a esperar que el apoyo llegue, tendrá que recolectar las pocas cosas que no se perdieron para, mañana, decidir qué va a hacer con su vida.
Esta es la historia: