Reynosa, Tam. / Oct. 14
Los miles de indocumentados deportados de Estados Unidos empiezan a constituir un problema serio para las comunidades fronterizas del norte de México, reveló Hilario Del Pozo Loyola, presbítero de la Iglesia de Guadalupe de esta ciudad.
Auguró que el problema se agudizará en las próximas fechas y se tornará grave la situación si no se toman cartas en el asunto, ya que muchos de los migrantes deportados se quedan en Reynosa, mendigando, delinquiendo o incorporándose a los grupos de la delincuencia organizada.
Estableció que el Albergue de Guadalupe, del cual es coordinador, tiene una capacidad máxima de entre 40 y 50 personas, pero en los últimos días -del jueves 9 hasta el lunes 13 de octubre-, la cantidad de ellos se ha disparado, dándose atención a más de 150 deportados de manera diaria.
Remarcó que en iguales o peores condiciones se encuentran otros albergues e instituciones de apoyo a este tipo de personas.
Muchos de ellos, al no hallar asilo por falta de capacidad, tienen que dormir en las calles o plazas públicas en lo que cruzan nuevamente a los Estados Unidos, y otros retornarán temporalmente a sus comunidades de origen.
Por su parte, el alcalde Óscar Luebbert indicó que el gobierno de Estados Unidos está repatriando a muchos individuos con antecedentes penales, por lo tanto, dará instrucciones al área de seguridad pública para que estén atentos a cualquier problema que puedan ocasionar.
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