Reynosa, Tamps.-
Si la Comisión Federal de Electricidad (CFE) construyera un gaseoducto que pasara cerca de su propiedad ¿qué opinaría al respecto?, ¿qué impacto tendría en su comunidad?, ¿en que magnitud?
Estas y otras preguntas similares son importantes de contestar y requieren de un “diagnóstico social” para ser respondidas, un estudio que se realiza como parte de un proyecto de ingeniería y que la Facultad de Ingeniería y Ciencias (FIC) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) en Ciudad Victoria lleva a cabo.
“En un diagnóstico social estudiamos aspectos como ¿qué piensa la población de la obra que se va a realizar?, ¿cuál es el impacto social y económico que piensan puede provocar la obra en su entorno? Luego hacemos un análisis cuantitativo de toda la información que hay de la comunidad donde va a impactar la obra” nos explicó Virginia Vargas Tristán, integrante de la Unidad de Geomática y que realiza este tipo de estudios.
“Finalmente, con indicadores sociales y económicos, hacemos el diagnóstico de en cada área de su hábitat y determinamos como va a afectar la obra a la pobreza, migración, demografía, sectores productivos, sector primario, sector secundario, si es positiva, si es negativa y en que aspecto”, dijo.
Uno de los proyectos más recientes donde la FIC realizó un diagnóstico social fue el de la construcción del gaseoducto Tlaxcala – Morelos de la CFE, un trabajo que contempló 178 localidades en tres estados de la república: Tlaxcala, Puebla y Morelos.
El estudio se inició entre junio y julio del 2011 y recién se entregó en febrero de este año.
“En el diagnóstico social descubrimos varias cosas muy interesantes, por ejemplo, la gran cantidad de presencia indígena. Nos dimos cuenta que el gaseoducto no va a pasar por áreas naturales protegidas, ni por áreas de interés para la conservación de las aves. Tampoco va a pasar por áreas que estén protegidas por alguna institución” dijo la Dra. Vargas.
“En la parte socioeconómica se debe contemplar una compensación a la comunidad. Por ejemplo, nosotros pusimos ahí un centro de investigación para que la gente trabaje la parte agrícola, agropecuaria y forestal y después comercialice sus productos al interior de las localidades o al exterior, incluso para exportar. O también, si en el diagnóstico detectamos que el 70 por ciento de las comunidades tienen habitaciones con piso de tierra remitimos el proyecto a una dependencia como la Sedesol para que atienda esa necesidad”, explicó Vargas.
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