Reynosa, Tamps./ Oct. 2
La delegación VIII de Caminos y Puentes Federales de Ingresos (Capufe) reportó pérdidas por más de dos millones de pesos por 37 cierres realizados en lo que va del año
en cruces fronterizos entre Matamoros, Tamaulipas y Acuña, Coahuila.
El delegado operativo de esa delegación, Alberto González Karma, informó que estos cierres van desde enero a la fecha, mismos que fueron originados por falsas amenazas de bombas en los diferentes puentes internacionales ubicados en dicho corredor turístico.
Precisó que el 95.5 por ciento de las llamadas alertando sobre la presencia de algún artefacto explosivo son realizadas en Estados Unidos desde un teléfono público o celular hacia las oficinas federales enclavadas en los puertos de lado estadunidense.
Enfatizó que el promedio de cierres ante la amenaza de bomba en los cruces fronterizos fluctúa entre 33 y 35 minutos en promedio, pero añadió que se han registrado algunos eventos donde se han incrementado a dos horas y media.
El funcionario indicó que los cierres momentáneos en los cruces fronterizos han arrojado pérdidas económicas de dos millones 250 mil pesos, afectando a los habitantes de los municipios donde están establecidos los puentes ya que se reduce el ingreso que perciben por parte de Capufe.
González Karam dijo que del total de las falsas amenazas alertando sobre la presencia de aparatos explosivos en el corredor turístico de la VIII delegación, unas 25 correspondieron a los dos cruces fronterizos de Nuevo Laredo.
Añadió que en esta frontera el número de amenazas se reduce a dos, de las cuales una se registró en el cruce fronterizo Reynosa – Hidalgo y la otra en el puente Reynosa-Pharr, tres más en ciudad Acuña y otra más en el puente Zaragoza que comunica el puerto de
Matamoros con Brownsville.
Manifestó que en los puentes ubicados en Camargo, Piedras Negras o la caseta de la autopista Matamoros-Reynosa nunca se han registrado este tipo de eventualidades.
Puntualizó que los cierres de los cruces fronterizos se hacen de común acuerdo entre autoridades de Estados Unidos y México siguiendo un protocolo binacional, el cual tiene como finalidad salvaguardar la integridad física y emocional tanto de los empleados de las diferentes áreas como de los usuarios de los mismos.
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