Reynosa, Tam.-
En medio de una pandemia de grandes proporciones los últimos 12 meses han significado cambios categóricos para la humanidad, primordialmente sostenerse en una crisis impulsada por la misma emergencia sanitaria.
Nuevas reglas, nueva normalidad, las mismas necesidades (de alimentación, vestido, trabajo y educación), inclusive, hasta más, por todos aquellos que han tenido que requerir servicios de salud y fúnebres.
De claroscuros, el principio de 2021 marcó la necesidad de buscar sobreponerse a los meses crudos del confinamiento y estableció una tendencia para buscar formas de subsistencia con una economía maltratada.
Muertos y más muertos. El círculo de familiares y amigos recibía de vez en cuando nuevas malas noticias.
Por el mismo temor y el encierro para febrero los casos de Covid-19 experimentaron un decremento considerable, igual en marzo.
Pero llegado abril, las generaciones jóvenes, ávidas de un escape, encontraron en la Semana Santa el espacio perfecto.
Paulatinamente se rehabilitaron los servicios. Las restricciones de movilidad se relajaron e incluso, a muchos éstas hasta se les olvidaron, a medida que se aproximaba junio, mes de las votaciones, cuando las esferas políticas y gubernamentales entraron en ebullición.
Las campañas a toda toda marcha, contradictoriamente, invitaron a la sociedad a tomar las calles. Internacionalmente la de México se consideró la elección más grande entre los países latinoamericanos.
Al mismo tiempo que en Tamaulipas se renovaron las diputaciones federales, las locales y los 43 ayuntamientos, la ola de coronavirus volvió a profundizarse. Un crecimiento en las hospitalizaciones. La entidad superaba los 10 mil muertos.
En septiembre siguieron largas las filas para poder conseguir una vacuna.
Quienes pudieron surcaron los cielos en vuelos comerciales a ciudades como Dallas y Houston, Texas, con la intención de inmunizarse.
Al avance del año octubre fue el preludio de un contexto histórico cuando MORENA, un partido joven, pasó a convertirse en la primera fuerza política del estado, asumiendo desde el día primero una gran cantidad de cargos públicos.
En el Congreso el reto fue claro, desbaratar la hegemonía de un gobierno de Tamaulipas cuestionado, de políticos acusados, de lo mismo que la entidad adolece desde hace muchos sexenios, corrupción y malos manejos.
Mientras tanto en la frontera el eterno rumor se concretaba. Fue un 8 de noviembre cuando abrieron al turismo los puentes internacionales.
La población nuevamente se tuvo que adaptar a los cambios. Personas que recibieron las vacunas chinas, no aceptadas en la Unión Americana, tuvieron que someterse hasta un cuarto pinchazo.
En noviembre finalmente la población disfrutó de semanas parecidas a los días previos de la pandemia. Semáforo verde, agradable clima, tianguis y centros comerciales volviendo a tener afluencia y una economía agradecida.
Al final el último mes del año en el calendario gregoriano es para muchos el recordatorio de los días amargos, sin los seres queridos que ya no pudieron llegar a las festividades decembrinas. Para otros, es la oportunidad de agradecer por la vida en familia y los que quedaron ilesos.
Es el día 30 y las últimas horas del presente ciclo se extinguen, comenzará uno nuevo, un 2022 que es pedido a gritos que sea mejor y que servirá para renovar las esperanzas buscando emprender mejores comienzos.