Reynosa, Tam.-
Los accesos a los panteones municipales y privados en la localidad lucieron de una manera pintoresca, pues antes de entrar a los camposantos, había decenas de negocios donde se podían adquirir flores, panes, dulces, cocos, churros, papas y hasta gorras o carteras.
La algarabía se observaba desde unas cinco cuadras a la redonda, ya que por banquetas, estacionamientos y bulevares, transitaron cientos de personas con flores en mano a fin de colocarlas en las tumbas de sus seres queridos.
El cielo amenazaba con dejar caer unas cuantas gotas sobre el suelo reynosense, pero eso no fue motivo para que doña Isela, mejor conocida como ‘Chelita’, dejara de ofertar el ramo de flor de cempasúchil en 40 pesos.
O para que Juan y sus hermanos, quienes cada año llegan desde la ciudad de Querétaro, dejaran de vender sus cocos y las pencas de maguey de donde extraen el mezcal.
Unos metros más adelante se encontraba el modesto puesto de Gabriel León, en donde al instante preparaba unos tradicionales panes de elote al estilo Los Cavazos de Monterrey, Nuevo León.
Sin embargo no todo fue alegría, pues Jesús Eduardo Vera aseguró que en los últimos años la venta de churros ha ido a la baja, motivo por el cual ha tenido que implementar la venta de papas fritas y otras frituras.
Aunque el 2 de noviembre es un día de sentimientos encontrados, como indicaron algunas personas, pues en el corazón llevan el recuerdo de sus seres queridos, el tradicional “Día de Muertos” es una fiesta mexicana para conmemorar a quienes ya se adelantaron en el camino